lunes, junio 26, 2006

Clases de becarios

Hace ya casi dos semanas, en los comentarios a una de las entradas de este blog, Cuchufletas lanzaba una pregunta que hasta ahora no me he visto con tiempo de recoger. El interrogante era: ¿Los becarios deben dar clase? Daré la respuesta a cuatro niveles: 1) lo que dice la norma; 2) lo que actualmente se hace; 3) lo que creo que debería hacerse en la universidad actual; 4) lo que debería hacerse en mi idea de universidad ideal.

1) Lo que dice la norma:

La convocatoria de becas de Formación de Profesorado Universitario es clara:
Los becarios que se encuentren en posesión del Diploma de Estudios Avanzados podrán colaborar en tareas docentes de los departamentos universitarios, previa conformidad del director de la tesis doctoral y del representante legal del organismo del centro de adscripción de la beca y siempre a propuesta del departamento implicado. A ese respecto, los becarios sólo podrán impartir docencia hasta un máximo de sesenta horas anuales, que les será reconocida por medio de la correspondiente certificación. Las tareas docentes desempeñadas y el número de horas impartidas serán recogidas en el correspondiente informe de renovación o de finalización de la beca, para su constancia en el expediente del becario.
Otras becas de doctorado, como las de Formación de Personal Investigador, incluyen en su regulación artículos similares: los becarios pueden dar algunas clases, con la correspondiente certificación.

2) Lo que actualmente se hace:

(Evidentemente, hablaré por lo que yo he visto y conozco. Desconozco en qué medida mis experiencias son generalizables a la totalidad de departamentos, facultades y universidades españolas).

A más clases dadas por becarios, menos necesidades docentes por parte del departamento. La universidad ha respondido a esta situación de dos modos distintos. El primero es no permitir que los becarios dieran clases. El segundo ha sido no reconocer los créditos impartidos por doctorandos.

Se percibía que no había problemas en no dar créditos a los becarios del departamento. En algunos departamento incluso se consideraba como algo positivo para el becario, puesto que le permitía centrarse en exclusiva en su labor investigadora. Ahora bien, en una convocatoria de plazas de Ayudante, la experiencia docente es un mérito. En un proceso 'limpio' de adjudicación de puestos, aquella facultad que permitiera a sus becarios dar algunas clases (suponiendo que estos créditos impartidos no conllevaran una bajada en su nivel investigador) podría hacer que sus candidatos acumularan más puntos que los de las facultades cuyos becarios no pisan un aula. La universidad encontró una solución bien sencilla a esto: cerrarse a cualquier candidato externo (uno y dos).

Otros departamentos optaron por no dar créditos pero sí docencia. El director de departamento te firma al final de curso un certificado en el que te reconoce las horas dedicadas, un papel con un valor oficial similar al de tu madre explicando que no has ido a clase porque tenías cita en el dentista. ¿Por qué pasan por el aro los becarios? Porque, conscientes de que el lugar en el que tienen más opciones de colocarse es en ese departamento, más les vale reírles las gracias a catedráticos y titulares, directores de departamento y de tesis... Algunos, además, tienen una alta motivación por la docencia, por lo que reciben incluso con gratitud esta carga.

Esta descripción general no elimina el que en algunos departamentos se haya recurrido a becarios y se les hayan reconocido los créditos.

3) Lo que creo que debería hacerse en la universidad actual:

Ni idea. Entiendo que más clases de becarios, menos plazas de profesores. Eso sí, me resulta extraño que el Vicerrectorado de Profesorado no distinga entre carga docente asumida por contratados y funcionarios y la asumida por becarios.

Yo estoy mediatizado por mi experiencia: he dado clases, no me han dado ningún papel acreditativo con un mínimo de valor oficial y no ha salido plaza en mi área. En mi descargo diré que me garantizaron que mis horas de docencia iban a aparecer en el Plan de Ordenación Docente. Intentando abstraerme de lo que yo he vivido, considero que, si progresivamente encontrar plaza de profesor va a ser más complicado y si la esperanza de encontrar colocación para un becario va a estar menos y menos en la propia universidad (que no esté en la propia universidad no significa que esté en otra), los becarios deberían ser más exigentes y no impartir docencia no acreditada. Dedicar energías a algo que no sume puntos en un baremo se va haciendo una opción arriesgada.

Pero, ¿y si sale plaza en mi universidad? ¿Y si yo he sido el becario que ha exigido estar en el POD? ¿Perderé el favor de los poderosos del lugar? ¿Hablarán los mandamases con los mandamases de otra universidad?

4) Lo que debería hacerse en mi idea de universidad ideal:

No he explicitado mi idea de universidad ideal. De hecho, este blog es un viaje en espiral hacia esa idea. Pero, sin perderme ahora en esa descripción, diré que para mí los becarios sí que deberían de dar clases. Los becarios son la cantera entre la que reclutar al personal contratado. Lo que no tiene sentido es poner a prueba a la gente en tareas que no se corresponden en alta medida a aquellas que van a tener que desempeñar después. ¿Cómo detectar que fulanito es un incapaz para la docencia si jamás lo has puesto delante de una clase? ¿Contratar a alguien durante cuatro años sin saber ni siquiera esto?

Claro que en mi universidad ideal a los departamentos les interesa dar las clases bien y eso, hoy por hoy, no es algo que se pueda decir de todos los departamentos reales de la universidad real. Igualmente, mi universidad ideal es capaz de valorar la capacidad docente de sus profesores de un modo mínimamente fiable y válido. Actualmente, en líneas generales, para conseguir una plaza lo importante no es lo bien que des clases sino el número de años que lo hayas hecho.

3 comentarios:

  1. Actualmente es una inversión razonable para el becario dar clases siempre que se le reconozcan. Yo tendré este año a una chica en esa circunstancia y haré que esté en el POD obviamente. La docencia quita tiempo y reduce la eficiencia en investigación por lo que la decisión hay que tomarla midiendo bien para que el balance sea positivo.
    ¿Cómo debería ser? Pues de una manera tan diferente que no se puede implantar ahora. Siempre he defendido la especialización en docentes e investigadores dentro de la universidad. Los curricula podrían entonces diseñarse de forma coherente sin hacer estos malabarismos. Pero eso no va a pasar hoy, ni mañana...

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  2. En mi opinión, a la dirección de un departamento universitario le interesa que los profesores sean buenos docentes, pero no tienen mecanismos para controlarlo ni demasiadas formas de influir en ello. Sin embargo, algunos Departamentos destinan fondos a mejorar la docencia, financiando equipamientos o comprando libros, bases de datos, programas, que luego se usan para dar una mejor docencia.

    Sin embargo, en el día a día de la dirección de un departamento, lo que preocupa son los profesores que dan problemas (que los hay) y mientras tu no seas de los conflictivos... normalmente ya están satisfechos.

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  3. Cuando plantee la pregunta es porque realmente me supone un tema difícil. Pese a que has hecho un análisis estupendo sigo sin tenerlo claro. Parece que el doctorado en general debe formarte como investigador, ¿Pero qué formación te dan como docente?. Y de momento, en este país es difícil plantearse dedicarse al mundo de la investigación como algo completamente separado de la docencia. Si tanta preparación se exige en secundaria y primaria para dar clase, es incomprensible que se pueda dar clase sin haber recibido ninguna noción específica para ello.

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