lunes, junio 12, 2006

Cajales y problemas

El diario El País, en su editorial de ayer (11/06/06), hablaba del Programa Ramón y Cajal:
Hace cinco años se puso en marcha el Programa Ramón y Cajal, destinado a atraer científicos con experiencia acreditada en sus campos de trabajo a nuestras universidades y centros de investigación. El programa fue un acierto en su concepción y, como resultado, fueron contratados cientos de excelentes científicos, en su mayoría españoles que habían iniciado su carrera investigadora en centros extranjeros, pero también otros procedentes de otros países. El programa, basado en una rigurosa evaluación de méritos, aseguraba su contratación durante cinco años con la idea de que los centros en los que desarrollaran su trabajo les asegurarían un puesto estable al término de dicho periodo.[...]

Llegados al fin del periodo asegurado por el ministerio han empezado a surgir los problemas. Para contribuir a solucionarlos se ha puesto en marcha un nuevo plan de ayuda económica a las universidades y centros de investigación durante tres años por cada plaza permanente que doten para estos científicos.
También se publicaba hace poco una columna de opinión sobre el tema en el Diario de Sevilla. (No soy capaz de localizar la fecha).

La dinámica de subvención de la carrera investigadora se repiteuna y otra vez en España: invertimos dinero, incluso cada vez más dinero, en formar investigadores, pensando en el corto plazo, para después darnos cuenta de que no tenemos modo de darles continuidad. A un mal comienzo la sigue un intento de final digno mediante parches. La formación de investigadores en España debe de ser uno de los pocos campos en los que es más importante formar gente que recoger los beneficios de esta capacitación.

Ahora se dará dinero para contratar a los 'cajales'. Para valorar las consecuencias de esto, primero veamos a qué carreras suelen partenecer estos contratados. Me centro en el caso de la UAM, con información a febrero de 2005:
La apuesta de la UAM por este último programa ha dado como resultado que a fecha de 15 de febrero de 2005 estén activos 88 contratos, correspondientes a las cuatro convocatorias y concentrados en las Facultades de Ciencias (66) y Medicina (16).
Pero esta tendencia a concentrar los 'cajales' en la facultad de Ciencias se mantiene. Puede ver claramente en la Propuesta de Contratos Ramón y Cajal para el año 2006. Y esta sobrerrepresentación de Ciencias tendrá y tiene ya sus efectos. Como no hay que dejar escapar a los 'cajales', se están creando plazas para ellos. Se destinan fondos para ello. Como los recursos son limitados, lo que se destina a ellos, no se destina a otros. Por consiguiente, se desequilibra el reparto de dinero, favoreciendo a Ciencias sobre otras facultades. Pese a que Ciencias ya cuenta con una de las mejoras ratios alumnos/profesor de la UAM. La universidad, de talante progresista, gusta de hacer a los ricos más ricos, dejando a los pobres como están.

Hay buenos investigadores que no han entrado en el Programa Ramón y Cajal. Han hecho la ruta de la plaza docente hasta llegar ahora a Ayudantes Doctor. A algunos, en breve, se les acaba el contrato. Otros han estado cuatro años con una beca de doctorado que finaliza ya. Algunos llevan tiempo a la espera de que salga una titularidad. No son de Ciencias ni 'cajales', por lo que tienen que escuchar "no está claro que vaya a salir otra plaza para ti, porque no hay presupuesto".

Es lo que tiene la improvisación y parcheo en política universitaria e investigadora.

2 comentarios:

  1. Lo que cuentas en la anotación forma parte de las pequeñas miserias universitarias.

    ¿Debemos premiar (con financiación) a un Cajal que quizá se formó fuera de la Universidad de acogida cuando dentro de ella tenemos a alguien que no sólo ha investigado sino que, en muchas ocasiones, ha dedicado tiempo y esfuerzo a sacarle las castañas del fuego a la propia Universidad (dando clases)?

    Es una situación análoga a la que sucedía en las Facultades de Ciencias hace unos años, cuando competían los becarios postdoctorales y los profesores asociados o ayudantes. Los unos tenían más méritos investigadores, pues se dedicaban en exclusiva a investigar. Los otros tenían, además, que dar sus 24 créditos anuales. ¿Quién merece la plaza? Y, sobre todo, si premiamos los méritos investigadores, ¿quién va a querer entrar en la carrera como docente? No los mejores, desde luego.

    A los Cajales los engañaron. Les prometieron el oro y el moro y, nada más llegar, se vieron inmersos en la rígida estructura jerárquica de la Universidad española. Es decir, que o co-firmas con el jefe, o no ves un duro. Y sin un duro, ¿qué vas a investigar?.

    El Programa Ramón y Cajal fue una estupenda operación de imagen. Pero, como todas las iniciativas universitarias que conozco, careció de lo más importante. Financiación. No basta con pagar o co-pagar con las Universidades de acogida el contrato. Hay que darles fondos para que investiguen. Porque traerlos para que formen parte de un sistema de investigación ya formado no hace más que abundar en lo existente.

    ResponderEliminar
  2. Mientras la educación sea usada como arma electoral no habrá nada que hacer; porque mientras tanto los políticos sólo diseñan estrategias a un máximo de 4 años, que es lo que dura la legislatura. Así, en las siguientes elecciones pueden vender una nueva estrategia.

    Yo creo que debería llegarse a un acuerdo a muy largo plazo entre los principales partidos (léase PP y PSOE), que, poniéndose de acuerdo en una reforma y en no utilizarlo de modo político, dejase estar al mismo sistema de forma, emn principio, indefinida. Cualquiermodificación sobre el sistema debería ser consensuado y, de no haber acuerdo, no atacar al "otro" con esto.

    Por supuesto con lo spolíticos actuales esto es imposible en España. Olvidémonos de formación homogénea, labor investigadora estable o cualquier otra cosa.

    ResponderEliminar