martes, mayo 22, 2007

La llave del tesoro - leído en la prensa

José Piñera fue ministro del Trabajo y Previsión Social en Chile y ahora es copresidente del Proyecto para la Privatización de la Seguridad Social del Cato Institute. En Libertad Digital escribe sobre el cheque escolar. Así describe los efectos esperables de la reforma que defiende:
Estos principios [...] conducirían a una competencia virtuosa por elevar la calidad educativa y capturar a las familias-clientes. El valor de la chequera escolar, basado en la rentabilidad social bien medida de la educación, sería un barómetro de la importancia que la sociedad le asigna a la calidad de la educación, y un elemento determinante para alcanzar el nivel de capital humano y desarrollo de países como Australia o España.

Esta reforma produciría una verdadera revolución del sector educativo, como la que ha tenido lugar en los últimos 30 años, con resultados espectaculares, en todos los sectores liberalizados del país. La flexibilidad inherente de la empresa privada permitiría incorporar, sin demora, los fabulosos avances tecnológicos que están ocurriendo en el mundo y ponerlos al servicio de elevar la calidad de la educación de los niños y jóvenes chilenos.

Las discusiones sobre remuneración se darían en el interior de cada escuela entre los profesores y los dueños; se hablaría de productividad, capacidades individuales bien evaluadas y resultados docentes. Los mejores profesores ganarían más que los demás y eso sería un incentivo poderoso para mejorar la calidad de las clases y el perfeccionamiento docente. No habría huelgas nacionales que dañan a los más pobres. Los educadores tratarían de retener a los mejores profesores, pagándoles sueldos que reflejen su verdadera aportación y tratándolos con dignidad.

Las escuelas invertirían en tecnología y banda ancha para tener acceso a bibliotecas virtuales y técnicas educativas modernas. Los padres se darían cuenta. Algunas escuelas se expandirían para atender al incremento de alumnos, otras cerrarían. Habría una competencia entre investigadores y expertos por desarrollar diversas pruebas que midan lo mejor posible la calidad educativa de cada escuela. Todos los resultados estarían en Internet, por escuela, por barrio, por comuna. Se crearían empresas privadas clasificadoras de escuelas, como las que evalúan hoy el riesgo financiero. Con la ley antimonopolios mejorada y vigilante, y plena transparencia financiera y de instalaciones de cada escuela.

Sería un nuevo mundo educativo. Del paradigma del Estado Docente del siglo XX al paradigma de la Sociedad Docente coherente con el siglo XXI. Y que necesita, merece y puede lograr el nuevo Chile.
Acá desarrolla Piñera sus ideas sobre la reforma educativa.

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