Cada vez que voy a la cafetería de la facultad me asaltan las mismas preguntas: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Qué crímenes estoy pagando? ¿Qué fuerza cósmica está tan encolerizada conmigo como para hacerme pasar por esto? Dudas que pueden resumirse en una sola pregunta: ¿Cómo puede juntarse tanta comida mala en el mismo sitio?
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