miércoles, junio 21, 2006

El cheque escolar

Cristina Castro, desde la sección de Ideas de Libertad Digital, escribe sobre el cheque escolar.
El cheque escolar es un sistema de financiación de la educación por el cual el Estado atribuye a las familias una cantidad de dinero por cada hijo en edad escolar. De este modo el Estado cumple el mandato constitucional sobre la gratuidad de la enseñanza básica, pero en vez de financiar a los centros educativos financia a los educandos, que son los verdaderos sujetos del derecho a la educación. La cantidad atribuida a las familias estaría en relación con el coste medio del puesto escolar.

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El intervencionismo estatal vigente en materia de educación ha generado en la práctica una situación límite de fracaso escolar, violencia en las aulas y estrés del profesorado. Además, ha acentuado injustamente las diferencias sociales, puesto que ha restringido la libertad de enseñanza de las familias trabajadoras (que no pueden permitirse pagar un colegio conforme con sus preferencias) pero no la de las familias de políticos, empresarios y profesionales de altos ingresos, que sí pueden elegir para sus hijos un colegio de calidad y conforme con sus valores y creencias.

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Ante el fracaso del Estado como educador, el cheque escolar se presenta como una solución eficaz a estos problemas, devolviendo el protagonismo a las familias. Frente al adoctrinamiento estatal, garantiza una oferta de idearios educativos tan plural como la sociedad en que se implanta, y vacuna a los menores frente a los intentos de adoctrinamiento del Gobierno de turno.
Por lo general, cuando escolarizamos a nuestros hijos, no deseamos que la formación que reciban se restrinja a hacerlos más ricos en conocimientos. Deseamos que la educación les ayude a ser buenos cuidadanos, con una personalidad desarrollada, con unos valores asentados...

Por otro lado, consideramos que es necesario que se garanticen unos mínimos que familia alguna pueda negar a sus hijos. Nos escandalizaría que unos padres, por las razones que sean, optaran por no darle formación a sus hijos. La idea de una familia que deja a sus hijos delante de la televisión todo el día, sin ni siquiera llevarlos al colegio, nos resulta intolerable.

El Estado ha decidido incorporar a sus leyes educativas las dos ideas: un mínimo para todos y formación más allá de contenidos. El Estado queda como definidor de unos objetivos generales para toda la población escolar. Cada uno de los dos factores descritos tira de la definición de objetivos en sentidos distintos.
  • El mínimo común tira 'hacia abajo' los objetivos, puesto que buscamos aquellos que son asumibles por toda la cuidadanía (o por toda la parte de la cuidadanía que consideremos como no patológica).
  • La formación más allá de contenidos (educación en valores, formación de cuidadanos, etc) tira 'hacia arriba' los objetivos, en el sentido que el modelo de persona que queremos obtener gracias a la educación está más definido. Y cuando más definido, menos consensuado.
A medida que el Estado se decanta por elevar la definición de los fines escolares, estos pasan a ser aceptados por menos personas. Para el Estado, que los niños vean las ventajas de pagar impuestos es comprensible, deseable... incluso obvio. Para otros, que consideran que los impuestos son un robo institucionalizado, esto es una aberración. Para el Estado puede entrar dentro de su modelo de persona bien formada el que las adolescentes se masturben. Otros no están por la labor. El Estado quiere que los escolares vean con buenos ojos al Ejército. Para algunos, eso rompe su idea de en qué valores querrían educar a sus hijos. Y podríamos seguir poniendo ejemplos...

Es impresión mía que los Gobiernos van subiendo el listón en sus objetivos educativos (en valores y cuidadanía, no en los contenidos 'clásicos' del colegio). Cada vez el modelo de persona deja fuera a más padres. Esto puede explicar por qué HazteOír ha lanzado su campaña en favor del cheque escolar. Creo que el movimiento en favor del cheque escolar va a ir ganando adeptos, personas no interesadas prioritariamente por mejorar los conocimientos de sus hijos (que también), sino interesadas básicamente en que no deshagan en el colegio lo que ellos intentan levantar en sus casas.

9 comentarios:

  1. No lo termino de ver claro. No creo que el cheque escolar cubriese el total del coste de los privados (que, además, tenderían a subir precios); por lo que acabaría siendo lo mismo.

    ¿Y no es el cheque escolar el método de EE.UU.? No lo sé, pero me suena que sí y su educación...

    Por otro lado, estoy con la idea de que se pueda escoger colegio libremente y haya competencia real entre ellos y oportunidades de entrar para todos. ¿Precios fijos obligatorios para todos y cheque escolar de ese importe? Veo lagunas, hay que darle más vueltas a esto.

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  2. Al igual que ITV, no creo que el cheque escolar sea una panacea. La idea es interesante por cuanto incentiva la competencia entre colegios, pero se topa con varios problemas más que graves, el más importante de los cuales es el hecho de que la mayoría de los colegios son de titularidad pública y, por tanto, su desempeño no influye en su permanencia en el mercado. Uno de los posibles efectos no deseados sería la aparición de nuevos colegios privados que tendrían más demanda que los públicos ya existentes, los cuales tendrían infinidad de plazas libres por un exceso de oferta. ¿Tiramos el colegio abajo? ¿Lo privatizamos? ¿Despedimos a los funcionarios?

    De hecho, si se me permite el juicio de valor, la idea del cheque escolar es profundamente liberal. Se privatiza la educación, pagamos a los colegios en función de su capacidad de atraer alumnos y, en definitiva, transformamos un coste fijo (mantenimiento del colegio, nóminas de los funcionarios) en un coste variable (coste por alumno por número de alumnos).

    Algunos de los argumentos esgrimidos me parecen, además, de una pobreza intelectual alarmante. Vamos a ver, los ricos y los pobres (perdóneseme el estereotipo) no van a ser iguales nunca jamás de los jamases. Los ricos van a conducir mejores coches, sus hijos van a llevar ropa de marca e irán a los mejores colegios no importa qué sistema se implante. El cheque escolar no lo va a solucionar, porque un colegio privado que quiera captar alumnos dispuestos a pagar un plus sobre el importe escolar va a poner una entrevista previa a los padres como requisito previo a la admisión. Si igualamos precios, ya encontraremos la forma de ingresar ese "extra" a través del comedor, las actividades complementarias o la "semana blanca".

    De hecho, el cheque escolar lo que va a conseguir es precisamente beneficiar a los más ricos, que no tendrán que pagar íntegramente su colegio privado pues una parte estará cubierta por el cheque. Y sus hijos seguirán estudiando con otros hijos de ricos.

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  3. A ITV:

    Dudo mucho que tendieran a subir los precios de los privados. Si le das un dinero a los padres y les permites elegir, es muy probable que suba la demanda de los privados. En tal caso, a oferta constante, subirían los precios. ¿Y qué te hace pensar que no habría personas con iniciativa que se dedicarían a abrir nuevos colegios, ampliando la oferta? ¿No te parece razonable esperar que ocurriera algo así?

    No es el método de EE.UU. En los Estados Unidos, las escuelas públicas son más del 90% de las totales.

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  4. A Univ:

    No veo qué problema hay en cerrar un colegio o en echar a todos sus profesores. Hay colegios que se cierran. Imagina un centro en un pueblo que se va quedando sin habitantes. Se clausura sin más problemas, dado que no es tiene alumnos a los que atender. ¿Y si un centro, de puro malo, no es capaz de atraer a alumnos? Pues ya vendrán otros profesores dispuestos a darle un nuevo formato o alguien que quiera convertirlo en un multicines. No veo el inconveniente. Si hay alumnos suficientes en esa zona, ya se abrirá un colegio nuevo.

    No veo qué tiene de negativo el que el cheque escolar sea una idea liberal. Yo agradezco que se haya liberalizado el mundo de la telefonía, por ejemplo. Ahora llamadas nacionales y metropolitanas me salen gratis. ¿Me puedes poner algún ejemplo en el que liberalizar un sector no haya mejorada la satisfacción de los clientes, vía incremento de la calidad y reducción de costes?

    Los hijos de los ricos, claro, irán en general a mejores colegios que los hijos de los pobres. De hecho, eso ya ocurre actualmente. Pero, ahora mismo, lo que ocurre es que los pobres pagan impuestos, cuentan con poco dinero y tienen que escolarizar a sus hijos en centros de baja calidad. Ahorrando, ahorrando, podrían destinar 400 euros al mes para la educación de sus retoños. Llevar a sus hijos al lo que ellos consideran un buen colegio les costaría, digamos, 600 euros al mes. No les da la economía para ello. Al Estado le cuesta 250 euros su plaza en un público que no les gusta. ¿Y si el Estado le da a esa familia los 250 euros para que hagan con ellos lo que quieran? Ellos lo que harían sería juntar sus 400 con los 250 y poder escolarizar donde quieren a su hijo.

    El cheque escolar beneficiería especialmente a quienes tienen menos dinero para elegir. El rico, rico de verdad, no le cambia el fin de mes por el dinero que le pueda dar el Estado en concepto de escolarización. Es al pobre a quien es le amplían los horizontes.

    Y eso hay que juntarle que con el cheque escolar se minimizaría la discrepancia entre la educación deseada por parte de los padres y la ofertada por los colegios...

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  5. Según los últimos cálculos (pero hace un par de años de eso: puedes hacer tus propios cálculos con los datos del Ministerio), la plaza pública por alumno variaba entre las 700.000 y las 850.000 pesetas anuales. Eso, en diez mensualidades sala más o menos al doble de los 250 euros. Otra cosa es la concertada, bastante más barata (450.000 pesetas como mucho). Siento las pesetas, pero no tengo cabeza para los euros hoy.

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  6. Creo que no había dejado suficientemente claro que los precios que daba me los estaba inventando sobre la marcha. Daba valores a la buena de Dios, sin esperar que se ajustaran a lo real, dado que el precio concreto no modificaba mi razonamiento.

    Gracias, teramenes, por el dato. En vista de éste, es todavía más claro que, por esos dineros, la iniciativa privada (y las ganas de sobrevivir de los públicos) harían que mejora la calidad educativa.

    A mí, al menos, me resulta claro.

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  7. A mí, como padre, me hubiera gustado tener el "cheque escolar" y tener libertad de elección, en lugar de que se me asigne un colegio dentro de los que yo puedo proponer limitado por unos criterios que no son los míos, y debiendo valorar el colegio mi idoneidad en función de otros criterios que no son los del colegio. ¿No es eso quitarle a los padres la libertad de elegir la educación que quieren para sus hijos? ¿No es eso negarle al colegio la posibilidad de que cuente su proyecto educativo y su ideario?

    El cheque escolar me hubiera dado libertad para elegir.

    Lo de que tuvieran que cerrar algunos colegios por falta de demanda no creo que pudiera ocurrir en el caso de los colegios públicos, por motivos económicos: los públicos seguirían siendo gratuitos en la práctica, ya que cobrarían exactamente lo mismo que el valor del cheque escolar. Y habría mucha gente que no podría o no querría pagar más que la cuantía del cheque, así que seguiría acudiendo a los públicos.

    Supongo que el "sistema de puntos" actual seguiría siendo aplicable en los colegios públicos, y los privados (ya sólo habría dos categorías, públicos y privados, los concertados desaparecerían) pasarían a aplicar su propio sistema de puntuaciones según sus propios criterios. Esto dejaría igual a los públicos, y mejoraría la situación de los actuales concertados y privados.

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  8. Si en EE.UU. el 90% son públicos, deberíamos tender a tener en España un 90% de privados...

    Ahora en serio, si se tuviesen que cerrar públicos porque nadie los eligiese se cierran y no hay más drama. Sino que hubiesen sido capaces de atraer a su público objetivo.

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  9. Hola,

    el ajuste entre oferta y demanda que propone TOPO es sencillo sobre el papel pero complicado en la práctica, por cuanto los movimientos de la demanda son continuos (el número de alumnos a escolarizar) mientras las variaciones en la oferta no lo son. Existen perturbaciones del mercado en forma de retrasos (para efectuar la inversión en el colegio, lograr una homologación, etc.)

    Eso sin contar con el hecho de que si permitimos que la iniciativa privada sea la dominante en el mercado, habrá zonas en las ciudades donde se concentrará la oferta escolar privada mientras en otras sólo habrá colegios públicos.

    Un caso más extremo se podría dar en los núcleos de población más pequeños (que no todos vivimos en Madrid, Barcelona o Sevilla). ¿Qué oportunidades de escolarización tiene un niño de un pueblo de 10.000 habitantes cuyo colegio no cubre costes? Si el colegio no es rentable, mediante el sistema de cheque escolar, debería cerrar. El niño tendría que ir a un colegio situado en otro pueblo, más o menos cercano.

    Y eso sin contar con el hecho de que pienso que el Estado debe garantizar el acceso a una educación laica, algo que pienso que no ocurriría si existiera el cheque escolar, pues una gran mayoría de los centros actualmente concertados y/o futuramente privados mediante el cheque escolar serían en mi opinión dirigidos por alguna confesión religiosa. De todos es sabido el proselitismo religioso y político que se ha realizado en este país en las últimas décadas.

    Mi postura respecto a la educación primaria es clara: creo que el Estado debe garantizar un acceso a la educación básica de calidad, de laico y en el que los ingresos de los padres no sea un criterio de selección. Y también creo que aquellos padres que quieran para sus hijos algo distinto a lo básico, deben hacerlo con cargo a su propio pecunio.

    Sin embargo, creo que el cheque escolar tiene un aspecto muy positivo, pues cada padre sabría, gracias al importe de dicho cheque, cuál es el coste de la formación que recibe su hijo. En mi opinión, parte de la mala imagen que tiene la educación pública surge del hecho de que es gratuíta y lo que no nos cuesta normalmente no se valora (y, además, no se considera que se pueda exigir calidad si no se paga).

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