viernes, marzo 16, 2007

Las mujeres, los hombres, las leyes...

¡Qué alegría, qué alboroto! ¡El Congreso aprueba la ley que "hará justicia" a las mujeres! Ya tenemos aprobado el Proyecto de Ley Orgánica de Igualdad entre Hombres y Mujeres y así nos lo resumen de La Moncloa.

Yo, ingenuo, pensaba que la justicia con las mujeres ya estaba promulgada por la Constitución, cuando proclama en el Artículo 14 aquello tan tonto de que:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Creía que, en los casos en los que existiese discriminación punible, ésta podría ser denunciada y ley, más bien lenta pero implacable, pondría a cada cual en su lugar. Pero no, parece que la defensa de las mujeres no es suficiente con lo que teníamos hasta el momento.

Es importante señalar que la discriminación no viene por la representación no equilibrada de hombres y mujeres en ciertos ámbitos. Hombres y mujeres difieren claramente en capacidades físicas e intereses vitales y, quizá y en todo caso de un modo muy ligero, en capacidades intelectuales. La discriminación viene cuando, igualando todas las variables de interés para el desempeño y/o selección para un puesto, la probabilidad de que un hombre y una mujer entren no es la misma. En el caso de ser bomberos, lo preocupante no es que no haya el mismo número de mujeres y de hombres, sino que, presentándose una mujer en la misma forma física y con los mismos conocimientos técnicos que un hombre, sea el varón el preferido. Lo mismo, cuando un hombre se presenta para ser maestro, donde los hombres somos minoría. Y yo, que no doy de mí de lo simple que soy, pensaba que, al menos en el empleo público, las pruebas de selección estaban diseñadas de tal modo que se garantizaba la falta de discriminación.

Aún en el caso de hubiera discriminación en el empleo, esta no sería directamente punible. Lo será, únicamente, cuando se trate de empleo público, puesto que no es tolerable que desde lo público se privilegia a alguno de los sexos. En el ámbito privado, si un empresario quiere contratar sólo a hombres, pese a contar con mujeres más preparadas, allá él. ¿Qué tiene de (legalmente) malo? Está realizando con su empresa, su propiedad, lo que quiere. A día de hoy, las mujeres empresarias que tienen en plantilla sólo a mujeres aparecen en los periódicos como emprendedoras modélicas.

La grandeza del mercado es tiende a neutralizar, a eliminar estos abusos. Un empresario que prescinda de talento por razones machistas será menos productivo, podrá producir bienes a un precio superior al de la compentencia. Si su caso sale a la luz y la sociedad (los consumidores) están sensibilizados con el tema de igualdad de sexos, su marca perdará atractivo. Es posible que incluso los buenos trabajadores varones estén poco interesados en trabajar en una empresa de estas características. El empresario machista se irá al carajo, resumiendo.

¿Y si la discriminación es salarial? ¿Y si un empresario está dispuesto a contratar mujeres pero pagándoles menos que a los hombres? Imaginemos que las mujeres estuvieran dispuestas a ser contratadas por el 30% menos de sueldo que los hombres. Cualquier empresario que pensara en ganar dinero (y de estos hay muchos), empezaría a despedir a los hombres que tiene contratados para ir cogiendo a mujeres. ¡Es un chollo! La demanda de mujeres se dispararía y, salvo que no me cuadre la economía, el precio de la mujer, que en este contexto es su salario, iría aumentando. Adiós discriminación, adiós chollo.

La ley aprobada es negativa. Los poderes públicos dejan de defender por igual los intereses de hombres y mujeres para decantarse ostensiblemente por el segundo colectivo. Parte de supuestos sobre igualdad de intereses y capacidades entre hombres y mujeres que la psicología actual no puede defender. Llevará a la selección de personas por debajo de la capacidad máxima posible, con las implicaciones económicas y sociales que esto traiga. Generará la duda sobre las razones que lleven al éxito social de las mujeres. Es intrusista hasta en ámbitos puramente privados, como el hogar, al defender que los podores públicos tienen más capacidad para definir el reparto de tareas que no las parejas en libre negociación. Evidentemente, el mundo no se va a caer después de esta ley. La capacidad, creativad, inteligencia y ganas de vivir y avanzar de la gente aguanta, por suerte, este tipo de estupideces. Pero alegra pensar que el gobierno no se dedica a meter palos entre los radios de la bicicleta de cada cual. Sobre estos temas escribía ya anteriormente aquí y aquí.

Pero no quería zanjar el tema sin una nota positiva. Veamos una de las novedades que aporta la ley según La Moncloa:
La representación equilibrada entre mujeres y hombres en el nombramiento de los titulares de órganos directivos cuya designación corresponda al Consejo de Ministros; la tendencia a ese equilibrio en los tribunales y comisiones de selección para el acceso al empleo público y para la designación de representantes de órganos colegiados, comités de expertos y comités consultivos.
Me alegra descubrir que mis posibilidades de formar parte del Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se ven aumentadas gracias a esta norma. Porque, hasta el momento, siendo hombre lo tenía más bien difícil. Aquí tienen el organigrama:


A ver cuántos hombres encontramos, por aquello de la paridad...

Directora General: Rosa María Peris.
Presidenta del Consejo Rector: Soledad Murillo.
Jefa del Gabinete de Relaciones Internacionales: No se indica nombre.
Jefa del Servicio de Medios de Comunicación e Imagen: María Jesús Ortiz.
Secretaría General: Isabel Herranz.
Subdirector General de Estudios y Cooperación: Mariano Álvaro.
Subdirectora General de Programas: Teresa Blat.

Vaya, uno hombre en ocho puestos. Yo creo que ya se pueden ir poniendo las pilas en el Instituto de la Mujer para ir cumpliendo la ley y mostrar esa representación equilibrada...

7 comentarios:

  1. No sé por qué, pero me da que no te van a contratar en el Instituto de la Mujer. Ellos, perdón, ellas se lo pierden.

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  2. A mí me ha hecho mucha gracia que la ley, según dice La Moncloa, establece
    "La obligación de los medios de comunicación de titularidad pública de velar por una transmisión igualitaria, plural y no estereotipada de las mujeres"

    A ver cuando hacen una ley contra el anacoluto, ya que están en vena...

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  3. Hola a todos:

    Creo que esta entrada es una de las exposiciones más lúcidas y mejor razonadas que uno puede encontrarse sobre esa triste ley. Felicidades

    Un saludo:

    Óscar

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  4. Creo que lo que planteas en relación con el reparto de puestos en el Instituto de la Mujer tiene mucha más "miga" de la que en principio pueda pensarse.

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  5. Queridos felpudos:
    Porque eso es en lo que os estáis convirtiendo. Poco a poco las mujeres estamos sometiendo al estúpido bruto. Aunque la Constitución diga que una ley no puede ser discriminatoria por razón de sexo, nosotras nos lo pasamos por nuestra entrepierna. Hemos hecho una ley que castiga mucho más duramente las agresiones si estas las cometen los hombres, otra que da favorece solo a mujeres funcionarias en caso de haber sido agredidas, si eres hombre nada, te jodes. En los cursos del INEM, se cubren antes los cursos con mujeres en caso de no haber plazas para todos y en el ámbito del cine se van a aprobar subvenciones que premien ser mujer. Las mujeres somos muy listas, mucho más inteligentes que los hombres, y nos hemos dado cuenta de lo muy rentable que es el voto femenino, y que los hombres no se unen para defenderse del ajuste de cuentas. Sí, os estamos ajustando cuentas y vengándonos del pasado, dando la vuelta a la tortilla. Y encima con la herramienta del estado de derecho, con todo el aparato del poder del estado y ejecutivo, con el apoyo y ayuda de muchos hombres necios, que no se dan cuenta de lo que está pasando. El truco es hacerse pasar por víctimas, como si hubiera una unión de todos los hombres contra las mujeres, este es el pretexto, cuando lo que hay es una unión de mujeres para establecer nuestro dominio sobre los nobles pero lerdos hombres. Y no os preocupéis que nunca se unirán ni siquiera se van a enterar. Y si alguno abre la boca, nos echaremos encima todas las feministas y todas las demás, empujadas por nosotras y haremos que ese hombre parezca un monstruo misógino. Ningún hombre se va a atrever a levantar una mano, siquiera un dedo aunque abusemos de él, incluso despreciando sus derechos, y le insultemos, y nos burlemos en su cara, los vamos a convertir en borreguitos, que nos sirvan y nos complazcan. Nosotras somos las nuevas amas del mundo, las putas amas.
    Wu Hu

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