¿Por qué, como académicos, hemos de denunciar las miserias de la Universidad española?
- Por ética:
- Con los externos a la universidad o la sociedad en su conjunto: En un amplio porcentaje, el dinero público es el que nutre los presupuestos de las universidades. Podemos pensar que el dinero público no es de nadie o, mucho mejor, que el dinero público es de todos. Cada euro que se invierte en la universidad no se invierte en otros fines socialmente relevantes. Hemos de ofrecer la mejor univesidad posible para la sociedad que nos financia. Como universitarios, no "tenemos derecho a dinero", sino que la sociedad ha optado por entragárnoslo, bajo el supuesto de que obtendremos el mayor rendimiento del mismo.
- Con los relacionados con la universidad: Hay gente muy buena que se queda fuera (fuera de un puesto de trabajo como docente, fuera de conseguir financiación para la investigación...) y hay gente muy mala que está dentro. En la medida en la que consigamos reducir estas dos disfunciones, que no puedo cuantificar sobre el total de profesorado universitario, estaremos generando un sistema más justo y que ofrecerá un mejor servicio. Cuando uno concede una plaza a un candidato con un currículum peor que otro, está quebrando el plan de vida del segundo injustamente y se nos tendría que caer la cara de vergüenza por ello.
- Por estrategia:
- Institucional: La situación, creo, es bien sencilla, o limpiamos la casa nosotros o vendrán de fuera y nos enchufarán la manguera de agua a presión. E iremos a peor. Con la situación económico y social actual, todo está ahora mismo bajo lupa. Ha llegado el turno de la universidad. Teníamos mucha basura y ahora está saliendo a la luz. O realizamos una demolición controlada de las viejas estructuras que dan problemas o nos bombardearán sin piedad y sin planos para nuevas estructuras.
- Social: Cada vez que se ataca a la universidad pública, se ataca, por generalización, a lo público. Como trabajadores de universidades públicas, no sólo representamos a nuestra universidad, sino, parcialmente, a lo público. No denunciar lo que necesita cambio en la universidad es ayudar a que se entornen las puertas de servicios públicos básicos.
- Personal: Si uno es un profesional de valía, de los muchos que hay en la universidad, comprometido con docencia, investigación, gestión y transferencia, va a ganar con la mejora de la institución. Trabajar con vagos e incompetentes reduce la satisfacción laboral y la productividad. Lo mismo, con los cambios oportunos hasta conseguiríamos tener un sueldo coherente con la formación y especialización que aportamos.
¿Por qué no hemos de denunciar la situación?
- Por estrategia:
- Institucional y social: Ciertos partidos políticos y parte de la sociedad parece que han sacado el hacha, dispuestos a recortar, sin especial priorización, lo público. En la medida en la que con nuestra denuncia les demos argumentos, estaremos disparando contra nosotros mismos.
- Personal: En la universidad se valora el perfil bajo. Para promocionar, lo que uno necesita es situarse en la cola, que ésta ya irá avanzando hasta llegar a uno. Uno de los motivos claros para salir de esta cinta transportadora conocida como carrera académica es hablar de más. Así que, una vez medio situado y con el puesto claro en la fila, ¿para qué hablar? El futuro está claro, el funcionariado, aunque eso lleve años. ¿Qué nos espera si cambia el sistema? A saber. ¿Y quién quiere incertidumbre?
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