Desde Aldea Irreductible proponían hace unos tres meses la blog-iniciativa 'La ciencia española no necesita tijeras', intentando presionar para evitar un recorte en los Presupuestos Generales de las partidas destinadas a I+D. Por aquella época, esta bitácora se encontraba en barbecho (del que no acabo de salir), por lo que no di mi opinión al respecto.
Ahora, encuentro la noticia que me da pie para comentar mi punto de vista.
España cierra la puerta a los jóvenes científicos¿Para qué queremos más dinero? ¿Para atraer científicos de renombre con contratos suculentos y proyectos de centros punteros que nunca van a despegar? ¿Para ver cómo se vuelven en unos años a Estados Unidos? ¿Para tener muchos becarios que después no tendrán salido laboral en la que se valore mínimamente su formación? ¿Nos dejamos la pasta en capacitarlos y, cuando están listos para crear y producir, les decimos que "eso es todo amigos"? ¿Queremos más recursos para que otros países nos lo agradezcan de corazón? ¿Para tener otro premio Nobel nacido en España, pero que figure como de otro país? ¿Para mantener nuestra excepcionalidad en relación entre inversión en investigación y patentes?
El recorte prespuestario para la investigación científica ha cerrado la puerta a muchos jóvenes y brillantes investigadores españoles que trabajan fuera, pero que sueñan por volver a su país y aportar su experiencia y su intelecto a la sociedad que pagó su formación.
Como todos los años, un grupo de 23 científicos que rondan la treintena se han reunido en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC) para dar a conocer sus proyectos y tantear cómo está la situación en España, dentro de la XVII Workshop Avances en Biología Molecular por Jóvenes Investigadores en el Extranjero.
El balance, para casi todos, es desolador: la crisis económica y, por ende, un presupuesto para la investigación en 2010 muy escaso pone más que difícil su retorno, salvo si están dispuestos a perder dinero, dejar de lado la estabilidad laboral, contar con menos medios para investigar y, además, correr el riesgo de quedarse en paro.
La propia convocatoria de esta jornada, por primera vez, han sufrido las vacas flacas: sólo una empresa, Promega, ha patrocinado una cita que en otros años contaba con varios esponsores.
Entre los asistentes, Daniel Lucas, que estuvo contratado por el Hospital Monte Sinaí de Nueva York desde hace tres años y ahora tiene una beca de la Fundación Ramón Areces. "Mi idea era volver, pero vistos los recortes me quedaré en Estados Unidos. No quiero regresar para tener peor sueldo y por un contrato temporal. Y no soy el único. Mucha gente no vuelve sin unas condiciones dignas".
Gabino Sánchez, de 35 años, un biólogo que trabaja en la Universidad de Utrecht, y su esposa Sara Díaz, de 31, bioquímica de la misma universidad, hace tiempo que quieren volver a España. "Echamos de menos a la familia. Se que volver es complicado, pero soy opitmista y espero que lo logremos, aunque sea un paso atrás a nivel científico", asegura Gabino. Sara, por su parte, reconoce que para volver "al menos tenemos que encontrar algo fijo para uno de nosotros porque tenemos hijos".
Todos reconocen que la crisis económica ha azotado en otros países como en éste, "pero la investigación partía de una situación mejor y aquí, cuando empezaba a mejorar llega el batacazo".
A Gonzalo de la Rosa, experto en biología inmunológica en la Universidad de Maryland (Estados Unidos) está a punto de caducarle el visado que le permite investigar al otro lado del océano. "He venido al CNB a hacer contactos y ver como está la cosa porque mi ilusión es volver a España".
Para De la Rosa, que ya tiene 35 años, "es un absurdo que un país nos pague la formación y luego no trabaje para quien le ha financiado cuando empezamos a producir".
Volver fue lo que hizo Yolanda Carrasco, gracias a un contrato Ramón y Cajal de cinco años. Ya lleva la mitad de ese tiempo, en el Centro Nacional de Biotecnología. "He tenido suerte porque la crisis me ha pillado con un proyecto con financiación para tres años, pero a finales de 2010 tendré problemas para renovar la ayuda del Plan Nacional y tendré que buscar dinero por otro lado. Y cuando se acabe el contrato, no se si tendré plaza, porque algunos cajales se han quedado en la calle. Además, cada año hay menos contratos Ramón y Cajal porque luego no pueden recolocarnos", denuncia. (El Mundo, 29/12/09). (Vía)
La Ciencia española es como un colador, hoy por hoy. No hay cantidad de agua alguna que pueda llenarla. La ciencia española no necesita tijeras. Ni le sobran. Lo que necesita es cabeza.
Dicho esto... Si los concesarionarios de coches y los asfaltadores de España pueden pillar dinero público a manos llenas, ¿por qué los académicos no vamos a poder? Reconozco que, vía investigación y universidad, la posibilidad de retorno social es mayor que con los maravillos planes de estímulo del Gobierno.
Bueno... es que el dinero es facil pedirlo. Las reformas que deberian acompanyarlo y que deberian dar el impulso competitivo y productivo, que necesariamente pasan por dinamizar el mercado laboral de la investigacion y convertirlo en algo minimamente meritocratico (que no asquerosamente, como lo es, por ejemplo, en EE.UU.) y pragmatico, me da a mi en la nariz que ya no lo son tanto...
ResponderEliminarA mí me hace gracia que:
ResponderEliminar1.- Cuando suben el presupuesto de I+D, se les reprocha que no metan mano al sistema.
2.- Cuando bajan el presupuesto de I+D, se les reprocha precisamente que bajen el presupuesto.
Hace falta más dinero y hace falta mejor forma de invertirlo y de evaluar los resultados y el trabajo realizado.