Un sueño

Hace unos pocos días me despertaba con la vívida sensación de haber soñado lo siguiente.

Iba con mi madre camino de Andorra, país donde no se nos había perdido nada. Ella conducía mi coche. Andorra resultó ser un caos de calles y grandes carreteras, por lo que nos perdimos. Me bajo del coche para preguntarle a un policía. Mientras estoy hablando con él, mi madre deja el coche y se nos acerca. En ese momento, el puente levadizo sobre el que habíamos aparcado empieza a levantarse y el coche se desliza irremediablemente hasta caer al río. Yo corro desesperado, pensando el coche que voy a perder y, sobre todo, en los dos ordenador portátiles y en el lápiz de memoria que llevo en el maletero, donde están guardadas todas las copias de la tesis en la que estoy trabajando. Se me dispara el nervio y la ansiedad viendo cómo tengo que volver a empezar.

Tras siete artículos en revistas de impacto, dos en revistas reconocidas pero sin impacto, cinco artículos enviados en este momento, asistencia regular a congresos nacionales e internacionales, un premio nacional y uno europeo en reconocimiento de mis trabajos, línea propia y sólida de investigación, colaboraciones crecientes, pertenencia a diversos órganos de gestión y representación universitaria y blablabla... ha llegado el momento de cerrar la tesis. De lo contrario, me darán todos los males, aparte de verme en la calle. La próxima entrada en este blog será para invitarles al acto de defensa de mi tesis. Hasta entonces, cierro el chiringuito.