martes, mayo 06, 2008

El Estado de las Autonomías y la felicidad de los sindicatos

Mañana miércoles, huelga de enseñanza no universitaria en Madrid. Leo en la noticia publicada por El País:
CC OO asegura que la Comunidad de Madrid es la segunda región más rica del Estado y sin embargo tiene de las "peores condiciones laborales" y que las retribuciones de los docentes se sitúan cuatro y cinco puestos por debajo de la media nacional, y que en ocasiones, los profesores madrileños están llegando a cobrar entre 2.000 y 3.000 euros menos que los profesionales del sector en otras comunidades que en riqueza se equiparan a Madrid, como el País Vasco o Navarra.
Eso me despierta alguna duda: ¿cree CC.OO. que las comunidades más pobres habían de pagar menos a sus empleados? Ahí quiero verlos, reclamando en Asturias, Extremadura o Murcia rebajas de sueldos.

Pero lo que más me sorprende es la incapacidad para aceptar lo que supone el Estado de las Autonomías. Descentralizar la gestión equivale a aceptar la heterogeneidad del sistema. Autonomías = heterogéneo. Una cosa lleva a la otra, por necesidad. Y esas diferencias bien pueden reflejarse en los sueldos y condiciones laborales. Unos pueden elegir implantar el silbo como materia de estudio, otros optar porque Educación para la Ciudadanía se impartirá en inglés, unos querrán montar colegios en una lengua no oficial de la Comunidad, aunque luego no haya demanda y se eche para atrás el proyecto... Las Comunidades tienen margen para fijar leyes, reglamentos, normas, hasta el punto de que muchos se plantean si en España existe un único sistema educativo o si son más bien 17 (o 18).

Todo va bien, hasta que se tocan los bolsillos. No los de los contribuyentes, claro, sino los de los profesores. Aquí todos tienen que estar cortaditos por el mismo patrón y éste, claro, no lo fija la media. La referencia sindical siempre es conseguir armonizar sueldos igualándolos al de la Comunidad de más paga.

Los sueldos de los empleados públicos siempre son arbitrarios. A mí me pagan poco y aquí sigo, en la universidad. (Pobre y con ilusión). Lo mismo un día lo dejo, lo mismo sigo, lo mismo sigo con desgana. ¿Qué es mejor, subirme el sueldo 1000 euros, fidelizarme y motivarme o dejar las cosas como están? Puesto que es imposible calcular el valor de lo que produzco y conocer qué valor tendrían los usos alternativos que se le podría dar a mi sueldo (guarderías, plantas de energía nuclear, abaratar impuestos...), mi sueldo está fijado según lo que así a ojillo permite tener a profesores más o menos decentes, que no acostumbran a desertar y que no generan protestas masivas por la calidad de la docencia impartida. Si mañana una empresa me ofrece mejores condiciones por el trabajo que hago, la universidad no tiene ningún fundamente para justificar hasta dónde podría contraofertar.

En estas condiciones, los sueldos de los empleados públicos se fijan mediante presiones de grupos de interés. Por una parte, los beneficiarios de los servicios prestados. Si se percibe que la educacion va fatal, es problable que se exija a los políticos que mejoren la situación y que éstos aumenten las nóminas. En ningún momento estoy diciendo que los sueldos mejoren para captar los más capaces. No. Simplemente, subirán para pagar más a los que ya están. Otro grupo de presión son los propios trabajadores, quienes siempre querrán cobrar más y más. (Como casi todo hijo de vecino).

En la empresa privada, siempre hay un elemento más en la negociación: el empresario. (Ahora que empresario suena mal y estamos renovando el lenguaje habría que llamarlo el emprendedor). Éste está interesado en su beneficio, que es el de proveer de servicios demandados a un precio que le permita sacar rendimiento. Por ello, según qué sueldos no le compensarán. "Mira, sé que eres el mejor hacedor de pajaritas de papel del mundo, que como tú no hay otro igual, pero para las que vendo, 600 euros al mes ya es suficiente". "Sé que eres mal cantante, bastante friki y de pésimo gusto, pero, querido Chiquilicuatre, me estás haciendo rico. Tú pide que yo te doy". Y, también, "eres un profesor, los padres están dispuestos a dejarse el riñón por una buena educación, aquí tienes un buen sueldo". ¿O quizá sea más acertado "los padres, con ingresos limitados, prefieren sacrificar la educación en favor la sanidad o de la Wii de su hijo, así que di adiós a tu sueldo"?

El empleador público no tiene la menor necesidad de que el retorno social (imposible de medir) sea mayor que los costes. A él lo que le importa es ganar las siguientes elecciones, dormir con relativa tranquilidad por las ncohes, si tenemos suerte, y que no le monten un cisco los sindicatos. Y los sindicatos lo saben.

Y montan huelga. Mañana una. A ver si la Comunidad de Madrid sube los sueldos, así sube la media nacional y otros profesores pueden sentirse agraviados, otros sindidatos montan más huelgas y seguimos con la espiral ascendente de sueldos, donde nadie sabe cuánto es razonable que cobre un profesor. Para los sindicatos, el Estado de las Autonomías es de lo mejor que les podía haber ocurrido.

Lo cual no quita que quiera un empleo fijo y cobrar algo más que aquellos que trabajan en puestos para los cuales sólo se pide el bachillerato. (Por pedir que no quede).

2 comentarios:

  1. Es interesante lo que comentas de los sueldos y sus disparidades, sobre todo teniendo en cuenta que el trabajo en la universidad se basa en varios hechos que la mayor'ia de la gente desconoce: (a) en un porcentaje alto es un trabajo muy vocacionado; (b) llegado al funcionariado, un profesor universitario puede lograr mantener un nivel casi m'inimo de actividad; (c) a pesar de discursos m'as o menos est'andares sobre aumento de la calidad universitaria, las universidades est'an dirigidas por personas que no creen en que las retribuciones deban corresponder al salario.

    El punto (a) se utiliza como excusa para mantener a quienes investigan en serio tan mal pagados (mirad la wiki sobre retribuciones universitarias en pa'ises desarrollados). El punto (b) es la posibilidad de suicidio de Zioran: lo utilizamos muchos como elemento tranquilizador. Se lee as'i: el d'ia que me toquen mucho las narices, dejar'e de trabajar. Es mentira: los que dejan de trabajar lo hacen sin necesitar excusas. El punto (c) es el realmente clave y muestra que el mal est'a tan dentro de nuestro sistema universitario que nunca lo abandonar'a.

    Ejemplos: (1) Obs'ervese el curr'iculum investigador del pr'oximo Director General de Universidades. Las bases de datos del ISI y de la American Mathematical Society aclarar'an de qu'e niveles estoy hablando (no es un bajo 'indice h, es pura falta de investigaci'on). (2) Recientemente una reforma universitaria permitir'a a varios centenares de profesores titulares de escuela con una tesis doctoral y un par de art'iculos llegar a ser profesores titulares de universidad sin oposici'on. Los criterios son mucho menos de la mitad de lo exigido para habilitarse de titular hoy en d'ia y tienen la ventaja de que la promoci'on es interna y autom'atica. El enorme dineral que se gastar'a para incrementar salarios de uno de los colectivos menos productivos de la universidad (no es relevante cu'ando se hicieron los m'eritos) se retraer'a de la posibilidad de crear titularidades nuevas para j'ovenes investigadores o c'atedras para premiar el esfuerzo continuado de investigadores senior.

    Afortunadamente en Espa/a seguimos educando a los j'ovenes muy amarrados a sus casas y a su terru/o y con pocos conocimientos de idiomas. Si no, tendr'iamos una verdadera fuga de la mejor parte de nuestra sociedad educada.

    Javier

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  2. FIN DEL PRIMER P'ARRAFO
    .... est'an dirigidas por personas que no creen en que las retribuciones deban corresponder al esfuerzo.

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