martes, mayo 29, 2007

Las 60 horas de los Ayudantes: reacciones

Gracias a Anónimo (recomiendo la lectura de todos los comentarios), llego a esta noticia:
La LOU “ataca la línea de flotación de las universidades”

El vicerrector de Profesorado y Organización Académica de la Universidad de Córdoba, José Naranjo, afirmó que con esta ley no podrán contratar profesores ayudantes, por lo que “cierra la puerta” a la incorporación de docentes jóvenes.

El vicerrector de Profesorado y Organización Académica de la Universidad de Córdoba, José Naranjo Roldán, afirmó que la Ley Orgánica de Universidades (LOU), que entrará en vigor en los próximos días, “es un ataque contra la línea de flotación de la universidad, contra el sector más débil”, el de los profesores ayudantes, lo que genera “un problema muy grave”.

Naranjo Roldán explicó que, durante la tramitación en el Senado, se aprobó una enmienda presentada por un senador de Eusko Alkartasuna de la que “no se han medido bien sus repercusiones”. La modificación “adjudica a los profesores ayudantes 60 horas anuales (seis créditos) y solo de clases prácticas” porque considera que “están empezando y en formación” y deben dedicar más tiempo a la investigación. Sin embargo, “es falso que la mayoría sean profesores en formación”, ya que casi todos llevan “cuatro años de becarios” impartiendo clases y “son doctores o casi doctores”.

Hasta ahora, continuó, los profesores ayudantes “daban entre 12 y 18 créditos”, por lo que resulta “más caro contratarlos que a un catedrático, pero nos organizábamos”. Una vez que la LOU entre en vigor “las universidades no van a poder contratarlos” ya que harán falta “cuatro ayudantes para cubrir las horas de un profesor a tiempo completo”, que se cifran en 24 créditos. Pero, después, “tendremos que despedir a tres” porque solo uno podrá ocupar la plaza. Así, “la figura que era la puerta de entrada de gente joven a la Universidad la dejan cerrada”.

[...]

José Naranjo Roldán afirmó que los vicerrectores de Profesorado “estamos verdaderamente aterrados” con esta situación, que calificó de “puro disparate”. “Por un lado se busca la renovación generacional del profesorado y la incentivación de la jubilación anticipada”, pero “por otro no podremos contratar ayudantes. Tendremos que esperar a que sean ayudantes doctores” (categoría inmediatamente superior) para hacerlo, pero para alcanzarla “necesitan acumular horas de clase que no pueden dar”.

La enmienda, aclaró, no afectará a los que ya han alcanzado la categoría de profesor ayudante, “que entraron con la ley anterior, el problema afectará a los que tienen que entrar el año que viene”.

En su opinión, esta medida se incluyó como “superprotección a un colectivo, pero lo que ha hecho es liquidarlo”. “No sabemos cómo vamos a hacerla compatible con la entrada de gente joven” porque “es invicable económica y socialmente”.
Hasta donde yo sé, en la UAB están de consultas con el Gabinete Jurídico, para ver si, tal y como afirma el Vicerrector de Córdoba, la reforma aplica únicamente para los futuros contratados. A la UAB no le preocupa no contratar a más Ayudantes: de todos modos no lo iban a hacer. Yo, por mi parte, considero esto de una extrema torpeza política. En un momento de debilidad del Consejero de Universidades catalán, sabiendo que los resultados de ERC en las últimas elecciones no han sido como para echar las campanas al vuelo y teniendo algo tan vendible socialmente como la investigación y el cumplimiento de la ley, creo que ahora sería el momento de presionar para mejorar la financiación de la universidad y poder afrontar el incremento de plantilla asociado a esta reforma¹.

Supongo que es el problema de tener cada vez más rectores dispuestos a ser 'abajo firmantes' de manifiestos; individuos, muchos, pensando en qué fundación o Consejería pueden acabar; personas dispuestas a gestionar la universidad como una empresa de ingresos cerrados. Porque la gestión con criterios rigurosos de la universidad está muy bien siempre y cuando uno tenga claro que una de las mayores preocupaciones de una empresa es aumentar sus ingresos. Al ser una 'empresa pública' la universidad, lo que tendrían que hacer los rectores es partirse la cara con las Comunidades y con el MEC para pillar más. Y creo que, al menos en Cataluña, pocos momentos habrán sido tan favorables como el actual.

¹ Cierto es que cualquier proceso de acceso masivo de nuevos profesores supone problemas, puesto que se genera un tapón para quienes están por venir...

2 comentarios:

  1. La cuestión es acortar la carrera investigadora... yo creo, aunque con muchas dudas, que la solución pasaba por convertir el Ayudante a secas en Ayudante no-doctor. Y si se es doctor, pues ayudante doctor de forma obligatoria. Y que para ser ayudante doctor no se exigiese tanta docencia previa, puesto que no todas las figuras anteriores no contemplan.

    Con el sistema actual un asociado (dado a dedo) tiene ventajas sobre un becario (algunos a dedo, otros no), ya que los primeros dan bastante más docencia.

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  2. Hasta donde yo sé (criterio de la ANECA), actualmente la docencia tiene un peso muy, muy reducido para la acreditación como Ayudante Doctor. Lo más importante es, con diferencia, la investigación.

    Creo que a mayor peso de la tesis, menores resultados en investigación. Yo, por ejemplo, puedo ser más o menos puntero en mi campo gracias a no haberme centrado en la tesis, sino en el trabajo que algún día (pronto, espero) será mi tesis. Creo que incentivar la tesis es premiar lo que no es central en la universidad.

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