Cuando los expertos hablan

Entrevista a Juan Manuel Moreno, asesor principal de Educación del Banco Mundial (El País, 27/11/06; vía Escolar.net):

P. ¿Cómo se ve la educación española desde la perspectiva internacional?

R. No me creo las lecturas catastrofistas. Los datos estadísticos son como muñecos en manos de un ventrílocuo; dicen lo que tú quieras. Desde donde yo estoy, que trabajo en Tayikistán, Afganistán... el sistema español se ve como el paraíso. En educación, curiosamente, las soluciones de hoy se convierten en los problemas de mañana, es decir, cuanto más progresa el sistema educativo de un país, mayores son las expectativas que se generan sobre el sistema y mayor es la insatisfacción.

P. Quizá España está justo en el momento en que acaba de alcanzar la escolarización obligatoria hasta los 16 años, y ahora lo que quieren los padres es ese extra de calidad.

R. Exacto. Estamos en esa transición de habernos preocupado principalmente por garantizar el acceso igualitario al sistema y estamos empezando a preocuparnos por los resultados. Y además, como cada vez nos importa más la educación y cada vez prestamos más atención a lo que estamos consiguiendo, en una sociedad cada vez más compleja, es entendible que el grado de descontento sea mayor. ¿Eso significa que la educación es peor que hace 20 ó 30 años? Eso es una gran tontería, no ya una simplificación, sino una simpleza, además, interesada.

Así que ya sabéis: nada de hablar mal de la educación en este país, que peor andan en otros lados. Un poquito de autocomplacencia nunca viene mal.

Lo que ya no es de recibo es negar el deterioro de la educación española. Que cada cual busque las causas que quiera, pero los datos que ilustran cómo vamos hacia abajo están al alcance de todos (abre archivo de Excel). Tal y como dice José Manuel Lacasa, director Instituto Forma de Educación Educativa, en el informe 'El efecto LOGSE y otros cuentos':

Existe, alrededor del año 2000, un derrumbamiento de las tendencias de los indicadores de nuestro sistema educativo, en particular de los referidos a la enseñanza posobligatoria: Bachillerato, Formación Profesional, la Universidad más adelante. Al principio, parecía algo coyuntural, sonaba raro un cambio de tendencia tan radical. No se les hizo mucho caso, a pesar de que el hecho de que afectaran a tantas series de datos debería haber preocupado algo más.

Han seguido apareciendo datos, y las series no remontan: cae el número de estudiantes a los 17 años, hay menos estudiantes en Bachillerato, se presentan menos a la Selectividad... Por otro lado, el fracaso escolar roza el 30% de los alumnos, con una buena cantidad de comunidades autónomas que se sitúan alrededor de un alarmante 35%. La red pública y los varones son los que más sufren esta lacra, y no se encuentran soluciones.

Para que vean de lo que estamos hablando, aquí tienen un gráfico bien sencillo, partiendo de los datos a los que enlazaba anteriormente (como de costumbre, click para ampliar). En él se muestra la tasa de idoneidad (porcentaje de alumnos matriculados en el curso que, por edad, les corresponde) a los quince años.

¿Creen que estos datos pueden estar equivocados? Pues aquí tienen otros, sacados del Instituto de Evaluación (con la nueva ley educativa le quitaron lo de Nacional).

Cada vez menos alumnos están el curso que les tocaría por edad. Desde luego, no estamos peor que hace 20 años, pero sí que estamos perdiendo lo que conseguimos avanzar.

Juan Manuel Moreno, vete a Tayikistán, que lo mismo ahí cuelan tus mentiras.