jueves, octubre 05, 2006

Los reyes de la Universidad

Imaginen el Templo del Conocimiento. Véanlo brillar, resplandecer, cegar nuestros ojos. Irradia conocimiento, belleza, bondad y sabiduría. Sólo unos pocos elegidos pueden llegar a ser Sacerdotes ahí. Los hay de varios tipos: Sumo Sacerdote, Sacerdote Funcionario, Sacerdote Indefinido, Sacerdote para las Prácticas, Sacerdote Pringado... pero todos ellos han tenido que superar duras pruebas para acceder. Saben tanto que, de sólo mirarlos, uno ya se acuesta más listo.

¿Serán ellos la casta más elevada del Templo del Conocimiento? No, no lo son.

Miren más de cerca el Templo. Dirijan su mirada hacia la puerta. Es pequeña, estrecha, con una pegatina en la que se lee 'En caso de avería, llamen al servicio de mantenimiento'. El cerrojo es lo que más nos interesa.

Ese cerrojo sólo lo abre una llave. También conocida como LA llave. El Sumo Sacerdote no tiene copia. Ningún sacerdote tiene llave. Sólo un pequeño hombrecillo la posee. Y, sin ella, la entrada no es posible.

El hombrecillo es consciente de su poder. Da igual que sus méritos palidezcan al lado de los de los sacerdotes. ¿A quién le importa? Él tiene la llave. Y ellos, los sacerdotes, también los saben.

Él amo de la llave no tiene por qué ser educado, no tiene por qué ser correcto. Porque él es el Amo Eterno de la Llave. La Providencia tuvo a bien darle el puesto hasta que la muerte o la jubilación lo retire de él.

¡Qué divertido ver cómo los sacerdotes agachan la cabeza cuando se dirigen a él! Ellos, que tanto se creen; ellos, que en tal alta estima se tienen. Ellos, que jamás se atreverán a chistarle al Amo.

¿Y si miráramos dentro del Templo? Dentro tendríamos al Amo Eterno de los Bolígrafos, al Amo Eterno de la Biblioteca... Ellos, los Amos Eternos son los dueños, los reyes del Templo.



Mail recibido hace poco:
LA JUNTA DE PERSONAL DOCENTE E INVESTIGADOR INFORMA: ACUERDOS DE LA MESA PARITARIA JPDI/RECTORADO

1) Ticket comedor

a) Comprimiso de incrementar la ayuda del ticket comedor del próximo año hasta convertirla en un importe equivalente al que recibe el PAS de la Universidad.
¡Qué alegría! ¡Algún día podré llegar a ser como el PAS!

5 comentarios:

  1. Mi pequeño saltamontes anso, yo no estoy en ninguna universidad y estoy en todas. Yo, como buen topo, asomo la cabeza por muchos agujeros. ;-)

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  2. en mi universidad no hay ticket que valga. La comida te la pagas tu. No sus quejéis.

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  3. Yo he pasado casi toda mi vida sin tickets y de lo más feliz. Pero lo relevante, tickets aparte, es cómo el PAS acostumbre a ser más 'mimado' que los profesores. Por poner ejemplos: en mi anterior universidad, el PAS tenía ayudas para el transporte que los profesores no tenían; en mi universidad de ahora, el PAS tiene espacios reservados en el comedor, mientras que los profesores no los tenemos. Para mí es como si, en una compañía, el coche de empresa se lo dieran al conserje en lugar de a los directivos.

    ¿Y por qué se da esto? Porque el PAS, en muchas cosas, son auténticos 'cuellos de botella', por lo que todos tenemos que pasar. Súmese a eso que son fijos y ya tenemos el resultado: un poder excesivo.

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  4. Pongamos otro ejemplo: ¿en vuestra universidad qué cuesta más, que salga una nueva plaza de catedrático o una nueva plaza de PAS?

    Es que... lo caro cuesta.

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