(Dedicado a tantos amigos y sus comentarios sobre mi buena vida).
Sí, efectivamente, el segundo cuatrimestre sólo tendré dos horas de clase a la semana. Si la cosa va bien, en el mismo día. Si me lo sé manejar bien y me acompaña la suerte, el próximo curso sólo tendré docencia en un cuatrimestre. Es más, la época en la que tengo clases, tampoco tengo tantas. Menos, incluso, que un profesor de instituto. Creo, además, que me quedará un día libre, sin docencia.
No hay que olvidar las épocas en las que uno no pasa ni siquiera por la facultad. En Navidades, unas dos semanas. Semana Santa son diez días. Y en verano, depende de cómo vaya.
¡Pero eso no significa que me toque las narices!
Mi trabajo no es únicamente dar clases, por estar en el aula. Me pagan por tener tutorías, preparar las materias... hacer todo lo necesario para poder enseñar lo mejor posible.
A mí me pagan por investigar también. Estar al tanto de lo que se publica, nunca dejar de aprender, realizar investigación, idear, escribir, poner lo que hago para la observación de los mejores del mundo para que me evalúen, contribuir con lo que hago al avance de mi campo. Y si no lo hago bien, a la calle que me iré.
No, no me toco las narices. Y si tanto crees que me toco las narices, ya sabes, ponte las pilas y a ver si tienes suerte y consegues entrar en alguna universidad.
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