La Universidad a examen
Francisco Núñez Roldán
Profesor de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla
Hace unas semanas algunos directores de departamento de la Universidad de Sevilla, responsables de 117 asignaturas consideradas conflictivas debido a su alto número de suspensos, recibieron una circular del Rectorado en la cual se les conminaba a tomar medidas para "cambiar la situación".
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Es evidente que a los equipos de gobierno de las universidades y a los pedagogos de salón que los asesoran les importan más las estadísticas de la docencia que la docencia misma. Ésta sería una consideración irrelevante si la estadística, que es un mero instrumento de análisis de la actividad universitaria, no se hubiera convertido para quienes los manejan en un factor explicativo absoluto de la realidad o en la verdad misma. Para el asunto que hoy tratamos conviene recordar una directriz europea según la cual aquellas universidades que no logren graduar al 90 por ciento de sus matriculados resultarían fracasadas. Pues bien, las estadísticas dicen que la Universidad de Sevilla no cumple este requisito, y esto podría explicar el propósito de rebajar el nivel de exigencia de las 117 asignaturas.
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Hombre, yo no sé si la cifra que habría que poner es el 90% de aprobados que dice la UE; pero lo que sí tengo claro es que si una asignatura la suspende el 90% de los alumnos, hay un problema.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista no creo en una clase con un 90% de tontos o incapaces, por lo que:
- el profesor es malo, no sabe explicar o pregunta en los exámenes cosas que ni se han dado ni están en lo que debería estudiarse uno por su cuenta. Hay muchos profesores en España orgullosos del alto número de suspensos que tienen y de lo dura que es su asignatura, cuando yo creo que eso es indicativo de su ineficiencia.
- la asignatura está mal dimensionada para el tiempo disponible o el nivel con el que llegan los alumnos a ella. Estoy de acuerdo con que no todo puede explicarse en clase y que puede haber asignaturas en las que el alumno deba buscarse un poco la vida por su cuenta; pero todo con un límite razonable, claro. Y suspender el 80 o el 90% de una clase indica que el límite no lo es.
Yo, como ex-alumno universitario, muchas veces me pregunté: ¿habrá un departamento o algo en la universidad que se encargué de estudiar el porqué de casos aberrantes en los que el número de aprobados, año tras año, es ínfimo? Por la misma razón me asustaría una asignatura con un índice de aprobados cercano al 100%. ¿Son todos los alumnos ejemplares o la asignatura tiene un nivel o contenido no adecuado?
Yo he vivido los dos casos. Asignaturas en las que aprobar era una cuestión casi utópica y asignaturas que cogí sabiendo que leyendo los cuatro fólios de apuntes la misma mañna el examen iba directo a por el sobresaliente.
Queda una tercera opción: que lo que un alumno sepa al llegar a la universidad esté tan por debajo de lo necesario que la única opción para aprobarlo es el regalo, o la bajada de nivel.
ResponderEliminarSi quieres ver de qué te hablo, coge una selectividad de una universidad de Andalucía y una de la Complutense, junto con sus criterios de corrección. Todas están en la web de las universidades. Quizás notes diferencias.