En la anotación de ayer incluía lo que el borrador de la nueva LOU dice sobre los profesores asociados. Se dice que "serán contratados, con carácter temporal, y con dedicación a tiempo parcial, entre especialistas de reconocida competencia que acrediten ejercer su actividad profesional fuera del ámbito académico universitario". Les recomiendo leer los comentarios que amables lectores de este blog han aportado. (Agradezco enormemente las aportaciones). Anónimo I y Anónimo II señalan que, desde su experiencia, en algunas titulaciones los que finalmente terminan entrando como asociados son profesores de instituto. ¿Por qué puede ser esto así?
Me acercaré a esta pregunta dando un rodeo. Primero, describiré en qué consiste ser asociado. Tras esto, plantearé qué tipo de gente puede y quiere serlo.
- Ser asociado:
Tareas y horarios: Un asociado da seis horas de clase más seis horas de tutoría. Es , habitualmente, la última persona en entrar en un departamento. Los departamentos son estructuras jerarquizadas, donde la veteranía conlleva derechos. Un asociado dará, en muchas ocasiones, aquellas asignaturas que ninguno de los otros miembros del departamento desee impartir, bien sea por el contenido, por los horarios, por ser impartidas fuera de la facultad en la que radica el departamento... quién sabe. Es probable que el horario de un profesor asociado termine siendo algo parecido a "el lunes una clase a las diez, el martes de cuatro a seis y el jueves una por la mañana y dos horas por la tarde". Y a eso hay que sumarle las horas de tutoría.
Retribución: La universidad paga unos seiscientos euros. Se paga, pues, a doce euros y medio la hora. Y no incluyo en el cálculo el tiempo necesario para desplazamientos, preparación de clases, etc. Un asociado saca por hora más o menos lo mismo que uno puede cobrar por dar clases particulares a chavales de secundaria.
- Candidatos para asociado:
Poder serlo: El horario común de un trabajador, de unas ocho horas al día, si no más, no parece muy compatible con la dedicación que exige la universidad para un asociado. En general, un asociado será alguien que, fuera de la universidad, trabaje un número de horas menor al promedio.
Querer serlo: La respuesta más neutra posible es indicar que querrá ser asociado todo aquel que acepte las condiciones del puesto. Aceptar las condiciones es lo mismo que decir que uno no tiene actividad alternativa más interesante.
Así descritas las cosas, es comprensible por qué las plazas de asociados se llenan de profesores de instituto. Su horario les permite salir a mediodía de trabajar (pueden) y, para muchos de ellos, es uno de los pocos modos de mejorar el sueldo en un puesto para el que ya están relativamente entrenados y que tiene prestigio (y eso hace que quieran).
Igualmente, se comprende por qué muchos asociados son autónomos. Si son sus propios jefes, pueden disponer de su tiempo con cierta libertad (pueden). Algunos tienen poco trabajo en lo suyo (quieren); otros buscan asociar a su nombre el prestigio de la universidad (quieren también). La universidad no únicamente paga con seiscientos euros. También permite poder poner en la tarjeta de visita 'Profesor de la Universidad X'. El renombre con el que cuenta la universidad permite que, si un asociado juega bien esta carta, pueda cobrar más por su trabajo fuera de la universidad a costa de cobrar poco dentro.
Pero, en este escenario, ¿puede la universidad atraer a personas de reconocida competencia, no vinculadas ya a la docencia en niveles inferiores, para integrarse en su función docente? En líneas generales, las personas brillantes en su trabajo han llegado a ello gracias a trabajar muchas horas (no pueden ser asociados) y cobran un buen dinero la hora (no quieren). Señal de esto son los dos tipos de autónomos que decía antes que consiguen las plazas de asociados: los que tienen poco trabajo y los que necesitan mejorar su caché merced a la universidad. Ambas opciones poco compatibles con la excelencia profesional que se dice que se busca.
Como puede comprenderse, y para no herir susceptibilidades, todo lo escrito son generalizaciones. Hay profesionales tremendamente capaces que, gracias a ello, han conseguido disponer de más tiempo libre (pueden) y no andan preocupados por el dinero (pueden querer) y desean integrase a la universidad por razones de lo más variopintas (placer, compromiso moral, interés por la investigación...).
Y todo esto, sin entrar a hablar de los objetivos que se buscan al contratar a personas de reconocida competencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario