martes, octubre 28, 2008

Mucho título y pocas letras - comentario

Copia del artículo que voy a comentar, aquí.

Centraré mi comentario en tres aspectos. Uno, si quieren anecdótico, pero que me servirá para ilustrar el valor atribuido a la ciencia. Otro, relativo al supuesto deterioro de las capacidad de expresión de los alumnos. El tercero, sobre la misión de la escuela.

1. El papel de la ciencia
Aunque, al parecer, no hay estudios que lo certifiquen, algunos entendidos opinan que el proceso de deterioro se inició en 1990 con la entrada en vigor de la LOGSE.
Es de suponer que el objetivo del periodista, al escribir este artículo, es informarnos sobre la pérdida de capacidad comunicativa de los jóvenes actuales y explicar sus posibles causas. De ser así, las referencias a los informes Pirls y PISA no aportan nada, puesto que no son estudios longitudinales. Son fotos que no permiten evaluar si hay movimiento o no. Sólo a través de estos dos informes (al menos, tal y como los cita), no podemos saber si subimos, bajamos o nos quedamos como estamos.

Otra opción sería leer los estudios que han evaluado el impacto de la LOGSE. En estos, se han comparado los resultados de diferentes generaciones de niños, unas totalmente escolarizadas con la ley previa, otras mientras coexistían ambas normas y otras cuando ya sólo regía la LOGSE. Un descenso en la competencia media a lo largo del tiempo no permitiría atribuir ninguna responsabilidad a la LOGSE, puesto que al mismo tiempo que cambian las leyes cambian las sociedades. ¿La culpa es de la LOGSE o de los padres más permisivos o de que haya más niños con televisión en su cuarto?

Me llama la atención que la única referencia a los estudios que han investigado el cambio de sistema educativo se hagan como de pasada. Escrito por el periodista, no suena a "estudios rigurosos muestran que", sino a "dicen por ahí que". Y lo más sorprendente es que el resultado de estos se estudios se contrapone a lo opinión de expertos que no se concretan.

Hoy por hoy, la ciencia es, salvo para académicos y únicamente en su contexto profesional, un recurso retórico más. La ciencia no compromete, la ciencia no es demarcación de verdad o realidad. La ciencia es un argumento más que se puede negar a golpe de expertos. No hablo de que expertos cuestionen el modo como se han obtenido los resultados de esos estudios. Esa crítica sería científica. No, me refiero a que el conocimiento parece construirse por votación. No sé cuántas personas de la calle equivalen a un experto y no sé cuántos expertos valen como un estudio. O, quizá, al contrario, hace falta juntar varios estudios para contradecir a un experto.

El conocimiento ya no viene de la recopilación de datos, explicitación de supuestos y líneas lógicas que señalan qué cabe esperar, qué encaja del mundo con mi teoría y qué no puedo explicar. Ahora el conocimiento, y me refiero lo mismo para explicar una crisis económica internacional que para hablar de educación, se resuelve hilvanando frases que se sustentan únicamente por el prestigio de quien las emite y por la apariencia de verdad que les queremos dar.

2. Deterioro de la capacidad de expresión de los jóvenes

Causas, causas...

Primero de todo, desconozco si hay base para sustentar la idea de que los jóvenes cada vez se expresan peor. Aceptará que así es. Y, para que quede claro y para que vean que juego limpio, a partir de ahora mis impresiones, sin más base que mi lógica más o menos consistente, para explicar por qué puede ser esto.

Creo que si los adolescentes y universitarios cada vez se expresan peor no porque chatean, porque se envíen mensajes de móvil o porque estén enganchados a la televisión. Creo que el expresarse con corrección es un aprendizaje relativamente sencillo. Con todas las horas que pasan hablando en entornos de cierta exigencia, escribiendo y escolarizados, tendría que haber más que suficiente. Los humanos tenemos una capacidad para la lengua sorprendente, dentro de la cual entrarían las relativamente pocas reglas necesarias para escribir bien y hablar bien.

Si los chavales escriben y hablan mal es por un motivo más sencillo aún. Porque les dejamos que lo hagan mal. Digo que llegar a comunicarse bien es accesible, pero no digo que sea más cómodo hacerlo bien que mal. Dedicar la neurona a otras cosas que no sean andar esmerándose en esto y en cualquier cosa siempre es mejor. Los jóvenes siguen, como todo hijo de vecino, la regla de mínimo esfuerzo - máxima recompensa.

El problema viene por parte de los profesores, que son quienes otorgamos recompensa sin exigir una competencia al nivel que, se supone, desearíamos. Dicho en plano: mucho quejarnos, mucho quejarnos, pero, ¿cuánta gente suspende hoy por hoy a un alumno por faltas de ortografía? Cuando nos llega un trabajo mal redactado, ¿quién hace el esfuerzo, el alumno en reescribirlo porque así se lo exigimos o el profesor haciendo ejercicios de interpretación?

En un ambiente el que la máxima misión de la escuela es educar, no formar, resulta violento suspender a alguien por olvidarse tres tildes. Con lo cual, para el alumno el mensaje es claro: no son tan importantes las tildes.

Como les dijo, impresiones. Eso sí, yo lo dejo claro desde el primer momento.

3. La misión de la escuela

Varias cartas al Director aparecieron en El País relativas al artículo que comento. Entre ellas, esta, donde puede leerse en el último párrafo lo siguiente:
Una solución sería la creación de una asignatura titulada, por ejemplo, "Comprensión y expresión de textos orales y escritos", presente en toda la enseñanza secundaria, mediante la cual los estudiantes podrían desarrollar convenientemente su competencia lingüística y comunicativa, que luego perfeccionarían en la Universidad.
A mí se me despiran dos dudas. La primera: ¿y este hombre qué se supone que hacen en el resto de asignaturas? Pensamiento que puede llevarse, en fácil analogía, a la asignatura Educación para la Ciudadanía, cuyos contenidos copian en gran medida lo que antes se ubicaba en otras materias.

La segunda duda. ¿Tenemos que sumar esta asignatura a las propuestas de Educación para el Consumo, Educación para la Felicidad, Educación para la Salud, Educación Vial, Educación en y para los Derechos Humanos (cuando se habla de algo de este tipo es importante manejar varias preposiciones), Educación para el Tiempo Libro, Educación para la Igualdad, Educación Ambiental, Educación para la Paz, etc?

En un contexto en el que tanto se pide a la escuela, ¿quién se ve con ánimo de priorizar?

12 comentarios:

  1. Acabo de incluir un comentario en tu entrada anterior sin darme cuenta de que habías añadido un nuevo post en el que criticas el artículo de Barbería. Básicamente coincido con tus comentarios. Empieza uno a estar harto de tanto "experto" que siente ataques de nostalgia y pontifica, por lo general con poco fundamento, sobre los males de la escuela, de la ortografía (siempre da mucho juego quejarse de las faltas de ortografía,)de la LOGSE, de la juventud, y de lo que haga falta.

    Un saludo

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  2. Bueno, la alusión a los “estudios” y la contraposición con los “entendidos” que hace el periodista es poco afortunada, y revela poco rigor. Pero en ciencias sociales creo que el sentido común y la experiencia de primera mano son a veces guías más fieles que estudios presuntamente “científicos” que a menudo no están bien hechos. Hay varias razones para atribuir a la LOGSE al menos una parte de culpa en el deterioro de la enseñanza. Por lo menos eso me dicen mis amigos que son profesores de enseñanza media.

    En cuanto al deterioro de la capacidad expresiva, me parece buena idea lo que apuntas: ¿y si probamos a exigirles que se expresen bien? Seguro que tendría efectos milagrosos. No a corto plazo, porque lo cierto es que los alumnos que llegan a la universidad no son capaces de expresarse con corrección ni aún esforzándose. Pero sí si la exigencia se mantuviera durante años, a lo largo de toda la primaria y secundaria.

    Por añadir una especulación más de mi cosecha, yo creo que en la incapacidad para expresarse influye la falta de costumbre de mantener conversaciones mínimamente complejas, que vayan más allá de lo puramente utilitario. A mi me sorprende oir hablar a gente anciana, a menudo sin estudios. Vienen de una cultura en la que la conversación era la manera de pasar el tiempo, y suelen expresarse magníficamente, con talento narrativo y con corrección sintáctica.

    La brillante idea de la asignatura de "Comprensión y expresión de textos orales y escritos" ya está implantada en algunos programas boloñeses. Se supone que en el bachillerato aprenden a jugar con plastilina y a ser ciudadanos. Me imagino.

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  3. Tal vez ya conozcáis el manifiesto pedagógico "No es verdad". En él se ofrece una visión diferente de la mayoritaria sobre la situación de la escuela. No ofrece muchos datos, pero sí aporta tanto "sentido común" como otras miradas y opiniones contrarias. Creo que está promovido por profesionales del área de Didáctica de las Ciencias.

    http://alfredo-reflexiones.blogspot.com/2008/10/manifiesto-pedaggico-no-es-verdad.html

    Un saludo

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  4. Estaba pensando si entre mis alumnos de último año y los primeros a los que impartí clase (que tan distinto escribían) había alguna otra diferencia...y he recordado que la nota de corte de entrada en la carrera se ha reducido en más de un par de puntos. Quizás simplemente no son grupos comparables...

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  5. Alfredo:

    Esta entrada la empecé a escribir justo después de tu comentario.

    Yo no digo que la escuela vaya mejor o peor que antes. No lo sé. Y lo que menos sé si se trata de la escuela lo que falla o es las pautas de educación de la sociedad en su conjunto las que fallan.

    Pseudópodo:

    Yo creo firmemente en el cambio climático y en que la causa es el hombre porque tengo unos colegas que veranean en Groenlandia y me dicen que cada hay menos nieve. ¿Sirve como argumento?

    Obviamente, hay estudios en ciencias sociales que son un pufo. Esto se pone de manifiesto cuando surgen otros, más rigurosos, que lo ponen de manifiesto. Considerar que en lo relativo a la educación todavía no se ha llegado al punto de que la ciencia supere a la opinión de algunos profesores...

    Alfredo (2):

    Había visto el manifiesto en tu blog y también me ha llegado por correo. Es otro punto de vista, pero creo que más que buscar la verdad, parece básicamente querer defenderse.

    Pero, en cualquier caso, estoy en fase de run-run, dándole vueltas, porque siento que algo no me cuadra, no en el manifiesto, ni en la crítica feroz.

    Roke:

    A este tipo de cosas me refiero. Que llegar a conclusiones es muy complicado, porque uno se despista y se le cuelan siete variables extrañas que dificultan las comparaciones.

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  6. Pues hay unas bases de datos sobre evaluaciones en poder del Instituto de Evaluación que a lo mejor nos hacían salir de dudas. Pero, oh sorpresa, no son públicas. Y hay bastantes dudas sobre que las conclusiones de los informes basados en esos datos no sean del todo ciertas. A ver si sale de una vez la Ley de Transparencia de las Administraciones y nos enteramos (o a lo mejor consideran lo referente a Educación como secreto de Estado, como hasta ahora, y santas pascuas.
    Teramenes

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  7. Sin ánimo de polemizar: durante décadas, la psicología “científica” fue la conductista. Se oponía a muchas ideas de sentido común, pero como era la científica sirvió para orientar la educación de generaciones de niños. Hubo que esperar muchos años para que la psicología cognitiva y la evolucionista desterraran muchas de la presuntas certezas de Watson & co, y las sustituyeran por ideas mucho más próximas al sentido común. Si se hubiera sido más prudente antes de implantar innovaciones “científicas” el resultado habría sido bastante mejor.

    En el caso de la LOGSE, hay innovaciones como mantener a jóvenes que no tienen interés por estudiar en el mismo aula que alumnos que quieren ir a la universidad, como las dificultades para mantener un grado aceptable de disciplina, como la introducción de múltiples “educaciones para” en detrimento de las materias instrumentales y básicas... que no es necesario hacer un estudio científico para saber que tipo de influencia van a tener. Y a esto hay que añadir que dudo que se puedan hacer estudios científicos en este tema porque la composición de la población va variando y no se pueden controlar las variables externas (la cuestión del cambio climático, aunque complicada, es mucho más tratable científicamente).

    ¿Significa esto que no se puede decir que la LOGSE ha sido una ley contraproducente? Yo creo que no. Se puede decir, es una opinión informada, aunque no sea científica. Eso sí, a mi me parece desafortunada la frase que recuadras, porque contrapone tontamente “los estudios” a la “opinión de los expertos”.

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  8. Topo, tal vez haya habido un abuso de "educaciones para...". Pero creo que no podemos seguir midiendo el rendimiento de nuestros alumnos por los mismos parámetros que hace 25 años. El mundo al que van a salir es mucho más complejo, y los conocimientos que necesitan para enfrentarse a él, no son los mismos que necesitaban antaño. Por ejemplo, ya sé que molesta ver un alumno que se expresa con faltas de ortografía, pero no entiendo a qué viene el halarmismo por hece zupuesto deterioro de la hortografía, como si las vases de nuestra sibilización se fuesen a benir avajo por eyo. ¿O acaso word no corrige bastante aceptablemente esas faltas? Lo que quiero decir es que, salvo aquellos que fracasan y que antes quedaban fuera del sistema escolar, creo que los alumnos de hoy tienen una preparación global bastante mejor que la de los de hace 25 años. Incluso si, como dice anónimo, las pruebas de evaluación indican un cierto descenso en algunas áreas, como la ortografía.

    Un saludo

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  9. Teramenes:

    Yo soy el primer interesado en que las bases de datos del Instituto de nombre cambiante se hagan públicas. ¡Con lo que me gusta a mí una base de datos!

    Ahora bien, salga lo que salga, vaya a usted a saber a quién le toca responsabilizar por los cambios en el nivel educativo.

    Ejemplo real. Un chaval de 14 años se empieza a masturbar en mitad de clase. La profesora decide parar la clase y realizar una reflexión conjunta del tipo 'cómo os habéis sentido; qué opináis de lo que ha hecho Pepito; Pepito, discúlpate ante la clase'. Hace unos años, la profesora habría sacado a Pepito por la ventana y a saber la que le montaban los padres a Pepito. ¿Quién ha generado este cambio?

    Pseudópodo:

    Tú cobras más adelante, que ahora no tengo tengo. ;-)

    Alfredo:

    Word corrige razonablemente bien esas faltas, lo mismo que las calculadoras hacen las operaciones básicas, que en internet encontramos los afluentes del Tajo y que, en breve, un ordenador podrá leer por nosotros. ¿Qué enseñamos, entonces? Y, ese 'qué', ¿alguien puede creerse que será lo mismo para todos los chavales y familias?

    Estoy de acuerdo en que medir un sistema educativo por sólo una parte de lo que se le exige es incorrecto. (Adiós, validez de contenido).

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  10. Word corrige las faltas de ortografía, pero no enseña a escribir.

    Supongo que el problema está en qué se valora actualmente, y la ortografía no se valora, como ya se ha dicho.

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  11. No he querido decir que la ortografía no tenga ninguna importancia, sólo he relativizado su valor como indicador del nivel global de la formación de nuestros jóvenes.
    Hay que tener en cuenta que unos piensan que la ortografía es fundamental, otros, que las matemáticas,unos terceros que la filosofía es indispensable, o la educación sexual, o la educación física, o los idiomas, o la informática, o la educación para la salud, etc. Así, que no es extraño que al incluir nuevos contenidos otros se resientan.

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  12. En mi opinión el debate no debería estar ya en si la educación en nuestro país es un fracaso, porque eso queda patente en cuanto estudio se ha realizado sobre el asunto, particularmente los informes PISA, pero muchos otros alguno recogido en la revista Magisterio, también los pronunciamientos de la conferencia de rectores en el sentido de que los alumnos llegan a la selectividad con un menor nivel cada año que pasa, o la constatación de que se tome el ranking que se tome no se encuentra una Universidad española entre las 100 primeras de Europa.

    En relación con la ortografía creo que no es tan importante por sí misma como por lo que revela, que me parece más importante. En este sentido, detrás de quien comete muchas falta lo que habitualmente se encuentra es una persona con muy pocas lecturas.

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