Jejeje...pero no te creas que no se han dado cuenta en los despachos europeos...en la Comisión Europea tienen hasta un informe para llorarles a los ricos que les donen el dinero como en los países anglosajones...
En la universidad en la que estoy este año (UofM) me dicen que han recibido una superdonación y que como no saben bien en qué gastarla van a hacer un nuevo edificio para no sé qué escuela...
Las universidades americanas, a diferencia de las españolas, dedican mucho tiempo y esfuerzo a la fidelidad y a la identidad. Cualquier universitario americano luce con orgullo los colores de su alma máter. La sensación es completamente diferente a la española.
Cuando terminas tus estudios hay una graduación donde ves el cierre (closure) y lo compartes con tus seres queridos (entre los que están quienes te han pagado los estudios). En España, yo terminé mis estudios el día que se entregó la última acta de una asignatura de quinto y fui a pagar la solicitud de título (lo recibí cinco años después, con la tesis ya terminada) a una funcionaria muy desagradable.
Son veinte mil, me dijeron. Y fui a la caja de ahorros a pagar.
Jejeje...pero no te creas que no se han dado cuenta en los despachos europeos...en la Comisión Europea tienen hasta un informe para llorarles a los ricos que les donen el dinero como en los países anglosajones...
ResponderEliminarEn la universidad en la que estoy este año (UofM) me dicen que han recibido una superdonación y que como no saben bien en qué gastarla van a hacer un nuevo edificio para no sé qué escuela...
ResponderEliminarLas universidades americanas, a diferencia de las españolas, dedican mucho tiempo y esfuerzo a la fidelidad y a la identidad. Cualquier universitario americano luce con orgullo los colores de su alma máter. La sensación es completamente diferente a la española.
Cuando terminas tus estudios hay una graduación donde ves el cierre (closure) y lo compartes con tus seres queridos (entre los que están quienes te han pagado los estudios). En España, yo terminé mis estudios el día que se entregó la última acta de una asignatura de quinto y fui a pagar la solicitud de título (lo recibí cinco años después, con la tesis ya terminada) a una funcionaria muy desagradable.
Son veinte mil, me dijeron. Y fui a la caja de ahorros a pagar.
Javier