Me repito, diciendo lo ya expuesto en entradas previas de este blog. ¿Qué les lleva a suponer que la instrucción explícita va a conseguir lo que no han podido con años y años de escolarización? ¿O quieren hacernos creer que antes los centros no se molestaban por educar en el no sexismo, la tolerancia y el resto de valores que ahora se quieren aportar a los chavales desde esta nueva asignatura? ¿Alguien ha aportado algún argumento, uno solo pido, que nos haga ver que ahora va a ser sí lo que antes era no?
Son más los argumentos que pueden servir para oponerse a esta asignatura. San Google o este blog puede aportarles algunos. Pero de ahí a la objeción de conciencia hay un mundo. Primero de todo, porque la objeción no es tal. Veamos lo que dice un activo colectivo por la objeción:
¿Qué es la objeción de conciencia?
Es el derecho constitucional en cuya virtud un ciudadano puede negarse legítimamente a cumplir un mandato o norma jurídica cuando entra en conflicto con las propias convicciones de conciencia. No se trata de una desobediencia a la Ley, sino del ejercicio de un derecho amparado por la propia Constitución y reconocido como tal por abundante jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
El derecho a la objeción es el derecho a que te reconozcan ese derecho. Te pueden reconocer el derecho a objetar del Servicio Militar (y has de suplirlo con otras tareas) o el derecho a objetar de practicar abortos (y no los haces y, legalmente, no pasa nada). Pero los supuestos para la objeción son limitados. Cuando uno opta por actuar según su moral, oponiéndose a la ley, deja de objetar para convertirse en insumisos. Y creo que así hay que denominar a los padres que eligen que sus hijos no vayan a Educación por la Ciudadanía: insumisos.
Detrás de la insumisión hay un campo muy amplio de reflexión moral. ¿Es aceptable? ¿Cuándo? Desde mi punto de vista:
- la insumisión ante esta asignatura no tiene consecuencias negativas ni hacia los propios chavales ni antes los otros (creo que es una asignatura que no va a servir de nada, salvo para que haya menos tiempo para otras que sí aportan),
- quizá, pueda tener algún efecto positivo, de definición de los límites que el Estado no puede sobrepasar en la educación,
- la insumisión transmite el mensaje de que ley es algo levemente vinculante, que uno, si quiere, se salta y que el problema es de los demás si no lo entienden.
Igualmente preocupante, por lo que tiene de ley que ya no se sabe si es lo que era, es la actitud del Ministerio de Educación, con sus veladas amenazas. Tomemos las declaraciones de la ministra Cabrera en una entrevista a El Periódico (01/01/07).
Periodista: Si los que no van a clase son considerados absentistas y no aprueban la asignatura tampoco van a tener mayores problemas. En Primaria, suspender una no impide por regla general promocionar de curso y en la ESO se puede obtener el título de graduado con una o dos asignaturas pendientes.Unos pueden demostrar claramente no haber superado los objetivos, que se graduarán. Otros son inevaluables por insumisos. Estos segundos, en el peor de los casos, no habrán superado tampoco los objetivos, y esos... ya se verá. ¿No violenta esto su sentido común?
Ministra Cabrera: Pero una cosa es suspender una asignatura por un bajo rendimiento académico y otra diferente no asistir a las clases. Plantea un problema distinto. Es una situación sin precedentes. Veremos lo que pasa.
Tienes toda la razón: el término más apropiado es "insumisión". Lo que pasa es que tiene muy mala prensa en según qué sectores. Sería cuestión de reivindicarlo de nuevo.
ResponderEliminarEntiendo que a un conservador le dan siete ataques antes de aceptar que está defendiendo o practicando la insumisión, ¿pero cómo explicar la reticencia de los liberales a emplear el término?
ResponderEliminarInsumiso es fuerte, es más bien liberado, objetor, no sé...
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