Y no sólo por lo evidente, por lo desagradable, porque te sentirás fatal, quizá sin saber qué hacer, lo mismo hasta pensando que algo habrás hecho mal, sintiendo cómo la autoestima baja mientras que la rabia sube...
Si eres becaria de universidad, más te vale que tu jefe no te meta mano ni te haga proposiciones que rebasen lo aceptable. Al no ser contratada, es posible que muchas de las vías de ayuda con las que cuentan las trabajadoras 'ordinarias' en este país no estarán abiertas para ti.
Además, si tu jefe se extralimita, tendrás un problema con tu futuro académico. Cuando empezaste a trabajar con esa persona, quizá no sabías que en la universidad, casi siempre, sólo se puede apostar una vez por un director de tesis. Ahora estás en sus manos (aunque no tanto como él querría). Si no quiere, no te renueva la beca, no te echa un cable para sacar adelante los artículos, el DEA, la tesis... No mueve a sus contactos para que te puedas relacionar con los mejores en tu ámbito. Problemas que, si fuera un contrato de investigación, desaparecerían, porque podrías darle con la puerta en las narices - o denunciar - a ese indeseable. Con tu valía, seguro que podrías encontrar otro director, otro proyecto de investigación. Pero en la universidad no es tan sencillo dejar atrás al acosador, puesto que tu beca está vinculada a que sigas con él y sólo tienes derecho a conseguir una beca. Poner tierra de por medio puede ser de difícil a imposible. Es posible que te quedes humillada y teniendo que cambiar de sector profesional, olvidándote de la línea universitaria.
¿Que de qué les hablo? Pasen y lean.
Gracias por el vínculo Topo, es importante lo que dices.
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