lunes, octubre 09, 2006

Más barato

¿Son hoy más rentables los centros concertados que los públicos?

La respuesta la ha dado el propio Ministerio de Educación: lo son al menos en el sentido elemental de que resultan más baratos al Estado y, en definitiva, a los contribuyentes españoles. Cuando se publicó el anteproyecto de la LOE, un documento ministerial proporcionó la estimación de que un aula de primaria en un centro público era de 38.169,25 euros, mientras que en un centro privado concertado dicho coste era de 34.072,01 euros, es decir, un 12% más barato. Sin embargo, las cifras que proporciona el Ministerio se quedan cortas. Considero mucho más aproximado a la realidad el cálculo hecho público por el Foro "Calidad y Libertad en la Enseñanza", agrupación impulsada por la FERE. Según este cálculo, que toma además su base en cifras oficiales, el coste de la enseñanza por alumno en un centro privado concertado resulta ser, para el Estado, un 48% menor al coste de la enseñanza en un centro público.

Parece completamente justificado, a este respecto, concluir del mismo modo que lo hace la citada publicación del Foro:
Si no existieran los conciertos, el sector público debería hacer un esfuerzo adicional de 1.676,87 euros por alumno, lo que supone 3.206 millones de euros, sin incluir el gasto que supondrían las instalaciones necesarias para suplir los 3.049 centros de Educación Primaria y los 2.793 centros de Educación Secundaria Obligatoria que en la actualidad se sostienen en régimen de concierto.
Naturalmente, tan elevada cifra diferenciadora entre el sector público y el privado concertado no se produciría si los conciertos educativos obedecieran a un planteamiento más justo. Es obvio que, hoy por hoy, las cantidades asignadas a los centros concertados no cubren verdaderamente el coste de los servicios que prestan, lo que impide la gratuidad de la educación en España una realidad incontrovertible. Sin embargo, las presiones que se ejercen sobre el Estado para impedir una justa revisión al alaza del régimen de conciertos siguen siendo considerables, y así lo demuestran las disposiciones establecidas en la LOE, que lejos de paliar la situación a que se ha llegado, la empeoran.
Así lo escribe José Luis García Garrido en 'La máquina de la educación'.

1 comentario:

  1. Es evidente que los conciertos fueron siempre una manera de tener a la privada cogida de donde más duele. En un principio, incluso muchos pensaban que acabarían cerrando por asfixia, pero aguantaron construyendo garajes en los sótanos, vendiendo el colegio en el centro y rehaciéndolo en el extrarradio, o pidiendo ayuda a los padres. Las condiciones eran leoninas.
    La dependencia calla muchas bocas, y el miedo dobla muchas voluntades. El "si no entras por el aro te aprieto más el cuello" está detrás de algunas maniobras y apoyos a la LOE, aunque equivocadamente: a cambio de quitarse un dogal, se han puesto otro más duro en forma de Ley Orgánica. Ahora sienten sólo el forro de terciopelo, pero ya llorarán cuando apriete. "El valor es la base de la libertad", que decía un griego.

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