domingo, septiembre 17, 2006
Septiembre
Septiembre es, sin duda, el peor momento en las universidades (al menos, en las españolas). A la vuelta del verano, se unen los exámenes, el nuevo curso y todas esas decisiones que no se tomaron antes del verano, entre otros. Este tipo de virus me ha afectado a mí durante estas dos últimas semanas. Pero podría ser peor. En Austria no hay numerus clausus para acceder a las carreras universitarias (ni, por tanto, nota de corte ni nada parecido). El argumento es que cualquiera que haya aprobado el bachillerato puede matricularse en los estudios universitarios que desee (tampoco hay, por cierto, limitaciones como aquí con el tipo de bachillerato que has realizado, pero eso es otra historia). Evidentemente, esto implica que a día de hoy, a falta de una semana para que empiecen las clases, los profesores de primero no sepan cuánta gente van a tener en clase. Y no lo sabrán hasta mediados de octubre cuando se cierre la matrícula. En asignaturas teóricas puede no ser tan problemático tener 40 ó 200 alumnos. En las prácticas, cuando hay que tener los laboratorios listos, puede dar más de un dolor de cabeza. Y no hablemos ya de la flexibilidad que tiene que tener la burocracia universitaria austríaca para asignar espacios y profesores... sí, septiembre es un mal mes; pero definitivamente podría ser peor.
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Imagino que el número de estudiantes que accederá será altamente predecible, ¿no? Las fluctuaciones imagino que no serán tal altas.
ResponderEliminarPero esto bien podría abrir el tema del sentido de la selectividad y de las restricciones en el acceso a las titulaciones. Hace algún tiempo escribía algo sobre esto aquí.