viernes, julio 07, 2006

Los congresos que he vivido

Aceptar comentarios en las entradas reduce esa sensación de que uno está escribiendo para sí mismo. Un comentarista es alguien que se ha tomado un tiempo para leer y reflexionar sobre lo puesto. En este blog, por el momento, siempre con la suerte de recibir aportaciones muy interesantes.

Pepe, en mi entrada previa acerca de los congresos, decía, literalmente, que "este artículo [...] me parece una tontería de principio a fin" y daba sus razones. Probablemente, no enfaticé lo suficiente en esa anotación que yo estaba hablando sobre los congresos en los que yo había estado. Para ejemplificar mis experiencias en el mundo de los congresos, apunto unas cuantas anécdotas del que acabo de volver:

  1. Conozco un profesor muy interesante y agradable de otra universidad. Venía él solo de su departamento. Cuando le preguntamos que cómo es eso responde que la razón es bien sencilla. El año pasado ya hubo otro congreso en la misma cuidad y la gente no le apetecía ir por segunda vez.

  2. Me encuentro a una profesora el primer día de congreso. Llega lo justo para coger su acreditación y pedir a la organización el certificado de asistencia y de pago, para poder recuperar en el rectorado el dinero adelantado. Ya no la vuelvo a ver hasta el día de la sesión de posters. Ella cuelga el suyo y se aleja, no vaya a ser que alguien le pregunte algo. Había ido al congreso (¿'a la cuidad' sería más correcto?) con su marido y ha vuelto con más monumentos vistos que comunicaciones escuchadas.

  3. La tarde de la sesión de posters (penúltimo día) veo a bastantes profesores españoles saludándose efusivamente entre ellos. Es la primera vez que se ven, pese a que el congreso está próximo a terminar. Es la primera vez que se presentan en la sede del congreso.
Estas son las razones por las que yo no valoraría absolutamente nada la asistencia a congresos. Creo que los congresos son ayudas más o menos valiosas para la mejora del trabajo investigador. Pero las ayudas no son los productos. En la misma medida que para seleccionar o promocionar a un carpintero no le pediría que me enseñara su caja de herramientas, sino que me mostrara lo que ha hecho y es capaz de hacer, así yo no daría ningún punto por haber hecho de trotamundos de congreso en congreso, sino me ceñiría a lo relevante, que, al menos en mi área, son las publicaciones.

5 comentarios:

  1. Los congresos nacieron con otra perspectiva, claro. La de presentar lo último de lo último, calentito y recién sacado del horno.
    Pero eso ya se acabó. Aparte de lo que nos cuentas, que siempre hay, los congresos puntúan mínimamente a la hora de plazas y sexenios ahora hay problemas serios. Yo sigo presentando cosas en un par de congresos al año pero sólo porque no quiero que me digan que tengo un CV "desequilibrado", cosa que he oido ya alguna vez.
    Y luego está en enorme desprestigio de los congresos, debido a la ausencia de selección de calidad en un gran porcentaje de los casos. El congreso es un negocio y no puedes perder a un asistente por un quítame allá esa porquería de comunicación/poster. Recordemos que publicar en las revistas es gratis (siempre que no sean de la PLoS)
    Felicidades por la plaza ¿ya tienes la tesis?

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  2. Yo también comparto tu idea de que el problema de los congresos es que no se filtra lo que entra. Todo vale. Pero no sólo eso: todo vale y todo se puede mezclar. Creo que, si uno no está dispuesto a decirle a nadie que no, al menos podría concentrar en las mismas mesas a las comunicaciones peores. Así, al menos, quien lleva algo digno no se vería obligado a compartir su presentación con otras comunicaciones de mérito dudoso.

    En mi campo publicar no siempre es gratis. Revistas de psicología en español con índice de impacto no hay tantas. En España, de hecho, hasta este mismo año sólo había una. Y ésta te obligaba a comprar separatas. En los tiempos de internet y de los PDFs, te cobraban (y a buen precio) veinte copias en papel de tu artículo.

    No, no tengo la tesis todavía. Me he dedicado a enviar todos los estudios de la tesis a publicar y, de momento, tengo bastante lío con las revisiones. Me queda poco o, al menos, eso espero.

    (Eso, y que sin plaza y viendo el futuro muy negro no andaba yo con el estado anímico mejor para ponerme a rematar la tesis).

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  3. ¡Anda tonto! Con lo lindos que son los congresos. Sobre todo los momentos del coffee-break: revolotear conociendo gente, pedirle una pastita a ese científico tan importante que ya dabas por muerto (luego magnificarás dicho encuentro diciendo "yo charlé con Fulanito, Fu, para los amigos") y echarle sal disimuladamente en el café a ese otro científico que te cae tan mal (y te ha pisado los datos).
    Los congresos serían una magnifica oportunidad para aprender y mejorar, pero no todo el mundo lo aprovecha. Para lo que realmente sirven es para socializar, lo cual puede ayudar bastante en investigación.

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  4. Lo de socializar... Haciendo una parodia, en los congresos la gente se acerca a uno o viceversa con un único motivo: "Hola, soy Fu, he oido lo que contaste y me pareció muy interesante......"
    Lo que sigue después es: a) o es un pobre hombre que está más solo que la una y que quiere que le resuelvas sus problemas ("colaborar" lo llama él), o b) es un plasta que quiere dejarte con la impresión de que es un genio incomprendido en su departamento.
    En cualquier caso, es difícil que las colaboraciones sean de interés porque a) si eres nuevo bastante tienes con aclararte tú y definir una línea de investigación coherente como para embarcarte en una aventura indefinida y b) si ya estás más o menos consolidado, para cambiar una de tus líneas de investigación serán necesarias razones sólidas y, en cualquier caso, algo más que un encuentro casual.
    (fin de ejercicio de cinismo)
    Bueno, no me tomeis muy en serio, es una parodia.

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