Por si no os habíais percatado, Cataluña es una suerte de laboratorio pedagógico del gobierno. Cuantas “novedades” ha habido estos últimos veinte o veinticinco años en la enseñanza (empezando por cambiar su denominación a “educación”) se han probado antes aquí. Si resultan suficientemente desastrosas, se exportan al resto de España. Así empezó la “promoción automática”, la “educación en valores”, las “escuelas verdes”... Comprobado el grado de desinterés que esto generó en el alumnado, la falta absoluta de valores (vacío rellenado por un completo egotismo consumista), la trivial simpleza de criterio respecto a los problemas medioambientales y, lo que no es menos importante, la objetivación de todo ello mediante el certificado oficial: los informes de la OCDE sitúan a España, y Cataluña en particular, en los puestos más bajos de todo Europa en cuanto a las capacidades académicas de sus alumnos (especialmente, en los de rentas más bajas).... Pues bien, asegurado el éxito, pasa ahora a ser metodología general en todo el país...
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Puesto que las pruebas que hace la OCDE a los alumnos de dieciséis años para confeccionar el informe PISA consisten, generalmente, en demostrar capacidad para relacionar conceptos y aplicarlo en la resolución de problemas prácticos, la Conserjería de Educación de Cataluña se ha propuesto subir el nivel de los resultados obtenidos hasta ahora acabando con todas las asignaturas: todas serán lo mismo, es decir, un popurrí, una mezcla indistinguible unas de otras. Los profesores, arrinconada su competencia, simples vigilantes inermes de los grupos de alumnos que, siguiendo el modelo recientísimo del maestro de escuela rural (que en un mismo espacio atendía a todas las edades por igual) y la impagable presencia del ordenador conectado a internet (nuevo símbolo del canon y modelo de sabiduría que sustituye ventajosamente al docente) pasarán las horas dedicándose a preparar la nueva revolución que romperá las barreras del informe PISA y que obligará a crear una nueva categoría para los niveles conseguidos.
Esto es lo que cuentan en la revista del Sindicato ANPE los de ANPE Cataluña. ANPE es uno de los sindicatos más importantes en enseñanza y sus disputas, tal y como podéis leer acá.
Muchas veces he notado en ANPE cómo se mordían la lengua o no se atrevían a dar un paso al frente. No es el caso, y eso indica lo mal que está el tema por allí. De todas formas, luego los pierde el dinero: en cuanto la administración pone una partida presupuestaria encima de la mesa, todos a firmar (véase pacto por la educación en Cataluña). Al profesorado --y al sistema-- sólo puede salvarlo una rebelión desde dentro, desde la base, un ya está bien gritado por muchos. Pero no ocurrirá, sólo se oirán salmodias, preludio de las plañideras.
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