jueves, mayo 11, 2006

La imprevisión también es culpabilidad

La manifestación de hoy, 11 de mayo, contra el Plan de Bolonia ha sido un fracaso. Tanto si son 1500 los que se han lanzado a la calle como si son 5000, en ningún caso representan una proporción mínimamente destacable del total de estudiantes. Varias son las razones para esta falta de convocatoria:

1) Es muy complicado que una cualquier huelga o manifestación estudiantil triunfe a un mes vista de los exámenes.

2) Para cuando se implanten las reformas de Bolonia, en el 2010, gran parte de los estudiantes actuales ya estarán licenciados. Difícil que la gente se apunte a batallas que a ellos no les tocan.

3) Cuando el tono general de la convocatoria recuerda a la Bruja Avería, con su 'Viva el mal, viva el capital', es probable que gran parte de los estudiantes no se identifiquen con la causa.

De momento, los antibolonios van consiguiendo caldear, pobremente, el ambiente. Tendrá que pasar algún tiempo hasta que los cuadros directivos estén bien formados. Últimamente, las universidades han vivido un período relativamente largo de calma y, ahora, que algunas personas se capaciten para organizar acciones de cierto calado lleva su tiempo. Habrán de pasar algunos cursos hasta que el estudiante medio sienta que Bolonia le va a tocar. En dos, tres años, y esta es mi apuesta, la Universidad se habrá calentado de verdad.

Los promotores de Bolonia han de ser conscientes de que están vendiendo su producto francamente mal. La universidad está plagada de paranoicos, tanto profesores como alumnos, que están convencidos de que poderes ocultos y/o malignos acechan los campus. Sólo la incapacidad de los promotores de Bolonia puede explicar que una reforma que pretende mejorar la calidad de los estudios, mejorar la empleabilidad de los estudiantes y abaratar la formación de postgrado pueda estar siendo percibida como la expoliación de la educación pública.

Pero no era únicamente de esta imprevisión de la que quería hablar. También de la de algunos rectores, aquellos que, sabiendo que hoy había huelga, no son han sido capaces de relacionar esto con jaleo, pintadas, destrozos, interrupción de la vida académica ordinaria, y no han tomado las medidas necesarias para que esto no ocurriera. O lo sabían y han decidido que ellos no han de velar porque se mantengan los bienes de cuyo cuidado ellos son responsables últimos, no han de atender para que la universidad pueda seguir atendiendo a sus objetivos incluso en días de huelga. No sé si no son conscientes de sus obligaciones o si, sencillamente, son cobardes y creen que lo mejor para la paz es bajar la cabeza.

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