jueves, diciembre 18, 2008

Asamblearismo

Érase que se era una facultad ocupada. Unos cuantos alumnos, pocos, habían decidido que el mejor modo para luchar contra Bolonia era echarse a dormir por los pasillos y aulas e interrumpir las clases. La mayor parte del alumnado da por buena la situación y deja de acudir a las aulas. Unos pocos intentan recibir las clases a las que tienen derecho. En ese caso, los piquetes se cuelan en las aulas y hacen la situación tan tensa como para que los estudiantes prefieran evitarse disgustos y no volver.

Cuando se les pregunta qué es eso de Bolonia, apenas saben qué decirte. Te afirman que Bolonia privatiza la universidad. Les pides que te señalen dónde aparece eso. No te responden. Te hablan del Consejo Social como representación de todos los males. Olvidan que la composición y funciones del Consejo Social vienen marcadas por la ley y que esta ley, por el momento, no habla de privatización alguna. Te miran con suficiencia y te dicen que claro que la ley no habla de privatización, que no van a ser tan descarados los que quieren acabar con lo público como para ponerlo negro sobre blanco. De algún modo, ellos han conseguido desvelar verdades ocultas que no se reflejan en la norma y que no se han difundido.

No hablan de Bolonia, hablan de una caricatura de Bolonia. Unos a otros se van contando los mismos lemas, consignas. No profundizan, sino que se dedican a interiorizar un discurso simple, vigorizante, útil para enardecer los ánimos en un asamblea pero de poco calado. Te pueden decir que un artículo de El País cuanta que no sé qué, que si un rector de cierta universidad ha dicho que Bolonia es el mal, etc. Cuando tú les comentas que por cada artículo que ellos pongan encima de la mesa criticando a Bolonia tú puedes poner otro defendiendo la idea, no responden. Porque esos no los han leído y, como son contrarios a sus ideas, son automáticamente descartados. Quien difiere, miente. Como alguno decía, "cualquier persona mínimamente informada sabe que el plan de Bolonia es malo".

Les comentas que, al igual que ellos tienen derecho a ejercer presión para intentar ciertos cambios sociales, otros tienen derecho a ir a clase. Entonces los ocupantes te responden que la asamblea ha hablado y que se ha votado que no hay clases.
- ¿Y qué autoridad tiene la Asamblea para suspender las clases? - preguntas.
- La Asamblea es la representación de la voluntad de los estudiantes - te dirán.
- Sí, sí, todo lo que quieras. Pero, ¿dónde pone que pueda la Asamblea suspender las clases? Una reunión de la comunidad de vecinos es el órgano de decisión de lo que tiene que ver con un bloque, pero la comunidad de vecinos no puede decidir que un vecino no puede entrar en su casa. Aunque lo vote la mayoría - les argumentas.
- Pero es que estamos en un caso de excepcionalidad. ¡Estamos jugándonos la educación de los que vienen por detrás! - comentan mientras se van exaltando.
- Luego el fin justifica los medios - sueltas, creyéndolo un argumento ganador.
- Sí, efectivamente - te responden.

Les planteas tus dudas sobre las asambleas. Te repatea partir del supuesto de que una asamblea puede decidir algo para lo que no está legitimada, pero haces la concesión.
- ¿No os parece que la asamblea es poco representativa? - les preguntas.
- No veo por qué dices eso. A la asamblea va quien quiere. No se le cierra la puerta a nadie y todos los que quieren tienen voz.
- Sí, pero algo fallará cuando hay estudiantes en contra de la ocupación y esas opiniones no aparecen.
- Ya te digo, que vengan.
- Quizá les resulte desagradable ir a tener que defender unas ideas que saben que, en la asamblea, son minoritarias. Cada vez que alguien discrepa, le pedís que argumente cada una de sus divergencias. Además, el voto a mano alzada puede desanimar a muchos.
- Ese es su problema - es mensaje que te transmiten, si no con esas palabras, sí con ese espíritu.
- Una idea sería, en lugar de votar en la asamblea de como un diez por ciento de la facultad, y eso con suerte, hacer un referéndum. Además, ¿no queréis que se haga un referéndum sobre lo de Bolonia? Si os sirve un referéndum para eso, también os tendría que servir para las ocupaciones - comentas.
- No, porque cada cual tiene que responsabilizarse de su voto - argumentan.
- Bueno, esa es tu idea. Mi idea es que cada cual vota lo que quiere y la responsabilidad de todos es conseguir recoger la mayor cantidad de opiniones en la mayor libertad posible. Las asambleas a horas intempestivas, largas, donde os lanzáis a por el divergente creo que no es el mejor modo para esto.

Otra opción es que, cuando tú hablas de la violencia de los piquetes y la negación totalitaria de derechos que supone la ocupación, ellos te responden con que, para violencia, la de la Policía, cuando entraron porra en mano en la universidad y cargaron contra estudiantes pacíficamente reunidos protestando. En este punto, cuesta hacerle ver a esa persona que un hecho y el otro poco tienen que ver, que uno puede rechazar al mismo tiempo ambas actuaciones. Si están descontentos con la actuación de la Policía, que vayan y denuncien. Y que esperen a que se resuelva la denuncia, como le toca a todo hijo de vecino. Pero, no, no puede ser. Para ellos todos los mecanismos del Estado están corrompidos y carece de sentido denunciar a la Policía, porque el poder siempre tapará a sus perros guardianes. Como si los Mozos de Escuadra apenas hubieran recibido condenas por su actuación.

Te hablarán de los expulsados de la universidad. Para ellos, jamás nadie hizo nada. Todo lo que dicen desde algún Decanato, desde Rectorado, desde todas partes, es falso, obviamente falso, descaradamente manipulado. Aquí la respuesta, para mí, es clara. Si tan evidente es, nada podrán hacer. Si expulsan sin base, aquello es recurrible. Y el sistema judicial no ve para nada con buenos ojos que alguien, por muy Rector que sea, sancione a unas personas sin la menor base. Pero esta opción no les convence. La justicia está corrompida. El Estado de Derecho, la ley, la justicia... todo apesta. Sólo sirve la confrontación directa. No hay que intentar que la justicia merezca su nombre, sino que quien imparta justicia se acobarde.

Una experiencia como la ocupación de la facultad es un experimento de Psicología Social. Sirve para aprender. He podido vivir cómo la mayor parte de la facultad se dejaba secuestrar por una minoría. En gran medida, las clases se suspendieron porque la gente dejó de acudir. Y eso te preocupa. Si mañana alguien decide suspender la libertad de prensa, de expresión, de asociación... muchos dirán "entendido" y lo acatarán, sin más. Ves cómo un grupo organizado es, sin problemas, ignorante, cínico, violento y totalitario. Ignorante, por no saber de qué hablan, por no contrastar información, por mantener sus ideas aun cuando se las cuestionas y no te saben contestar. Cínico porque manipulan a su antojo los hechos y los procedimientos (ahora pongo la asamblea a hora que no vayan los que van a votar que no, ahora pongo publicidad claramente errónea). Violentos. Porque violencia no es ir dando golpes, sino negar derechos ajenos. Violencia es entrar a una clase que quiere transcurrir con normalidad para reventarla. Totalitarios, porque unos pocos se ven con ánimo para imponer su voluntad a todos, sin que nadie les haya dado esa potestad. Me preocupa ver cómo cunde la desafección con respecto al estado de derecho y la democracia representativa. Todo apesta. El fin justifica los medios. Si me pisan, piso.

4 comentarios:

  1. Voy a ponerme un sombrero solo para quitármelo ante lo que ha escrito.

    Chapeaux.

    La cabeza sirve para algo más que para peinarla, y esto lo demuestra.

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  2. Como alumno afectado (más bien indirectamente) por el proceso de Bolonia, tengo que felicitarle por su artículo, porque es verdad que las minorías más violentas son capaces de hacerse notar más que las mayorías.

    En cualquier caso la gran hipocresía es que estos encierros se están llevando a cabo cuando no pueden tener ningún efecto, ya que se ha llegado a una altura de la Reforma en que es inminente que se lleve a cabo. Sin embargo, ésta no se ha iniciado ayer, pero hasta hace bien poco no se habían oído "tantas" voces de protesta.

    Afortunadamente, otros colectivos de alumnos, que pasamos más desapercibidos, estamos trabajando por defender nuestros intereses de manera efectiva, esto es, colaborando desde las Delegaciones de Alumnos en que este proceso nos beneficie en la medida de lo posible.

    Y como habrá quien le acuse de que su opinión está sesgada por su condición de no-alumno, desde aquí quisiera decirle que muchos alumnos piensan igual que usted y que no todos nos dejamos llevar por discursos fáciles y vacíos. Y que seremos (o serán) ésos los que contribuyan, con nuestro (su) granito de arena, a que el proceso de Bolonia no signifique, como muchos pretenden, el advenimiento del Apocalipsis.

    Un saludo.

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  3. Bueno, volvemos al tema de siempre. La diferencia entre Bolonia y lo que los gobiernos (iniciado por el PP y seguido por el PSOE) han hecho de ello. Y la diferencia entre la protesta violenta y el fondo de la protesta.

    Yo creo que hay un problema de base, y es que últimamente cualquier cosa contra la que algún grupo violento protesta pasa a estar legitimada. Te sacan tanto lo violento, que su protesta es lo malo y, como contrapunto, lo contrario es bueno. Por ejemplo, los gobiernos son buenos porque los jóvenes griegos son malos.

    A mí, la verdad, es que todo el proceso de Bolonia me ha dado bastante rabia, empezamos con un papel con cuatro puntos muy interesantes y hemos acabado en algo que se parece poco al sistema europeo, con pocos cambios prácticos en las estructuras de las carreras y con una división que convierte al pseudo-segundo ciclo (llamado máster) en algo más caro. Quizá no es privado, pero es más caro, cuando debería ser gratuito, al menos para quien no se tira diez años en la universidad jugando al mus en el bar.

    Vamos que, como siempre, las buenas intenciones han acabado en chapuza. Y el porqué es sencillo: 1) Se ha hecho a coste cero, 2) Se han bajado los pantalones ante los dinosaurios de la universidad.

    Está claro que estoy contra el proceso que se ha seguido. ;)

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  4. Como alumna afectada por estos cambios en la universidad, me gustaría decir que no me parecen bien algunos aspectos del nuevo plan de Bolonia, eso es cierto. Y también que puedo entender que ante los mensajes alarmistas de privatización y otros demonios (que no sé si son totalmente ciertos o no) estos alumnos hayan decidido protestar. Sin embargo, estoy de acuerdo con el alumno "Anónimo" en que se pueden conseguir más cosas desde las delegaciones de alumnos, consejo de estudiantes o lo que sea en cada centro, negociando los nuevos planes de estudios y procurando que el proceso nos beneficie en la medida de lo posible.

    Por otra parte, es cierto que de la idea inicial a la práctica han habido muchos cambios en este proceso y pocos han sido positivos.

    De todas formas, creo que la falta de información es uno de los puntos cruciales tanto en las protestas como en la aceptación sin más del proceso de Bolonia.
    Por cierto, un blog muy interesante, me permitiré enlazarte en el mío si te parece bien.

    Un saludo.

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