Así como el Buen Pastor conoce a sus ovejas y ellas le conocen a él (Jn 10, 11), el Director de Departamento sabe cómo repartir los talentos y dónde ha de sembrar para que el trigo de sus estudiantes crezca fuerte y rápido. Lo que no queda claro es si el Director está también dispuestos a dar la vida por los miembros del Departamento."Normalmente, un director de departamento conoce a sus alumnos y sabe con quién se quiere quedar. A los que tienen mejores notas, les dice que pidan una beca porque cree que se la van a dar, y a los que no, les da los puestos de ayudante que tiene", explica la presidenta de la Federación de Jóvenes Investigadores/precarios, Raquel Portela. Pero la perversión del caso es que esos alumnos más sobresalientes se quedan con una beca que hasta el tercer año (de un total de cuatro) no se convierte en contrato en prácticas (momento en el que empieza a cotizar) y por la que suele cobrar menos que un ayudante contratado. Pero, sobre todo, la cuestión es que ser ayudante aumenta sustancialmente las posibilidades de acabar consiguiendo una plaza fija, asegura Portela. La misma opinión manifiestan los sindicatos universitarios.
Lo que nos está contando Raquel Portela es que recién licenciados se dejan hacer el lío por el Director de Departamento. Los que han conseguido mejor expediente, que supondremos que algo espabidillos serán los pobres, se dejan convencer para irse a la peor de las plazas posibles. ¡Si es que ya se sabe que tanto buenos para los estudios y tan torpes para moverse por la vida! Podrían conseguir un puesto mejor retribuido, con mejores condiciones y mayor continuidad, pero una charlita de nada con el Director de Departamento y adiós a todo eso, a tirar por la miserable vida del becario. La verdad es que esta gente, si es tan poco despierta para lo que sale de los libros y del laboratorio, mejor que no tenga mucho trato con alumnos.
Reconozco que la reflexión de la presidenta de Precarios no se corresponde para nada con mi (limitada) experiencia. Hasta hace poco, los que empezábamos la carrera investigadora no teníamos opción de llegar a Ayudantes, por dos motivos. El primero, el legal. Según la LOU del 2001, para poder optar a Ayudante era necesario haber superado los 32 créditos de los estudios de doctorado, que se correspondían con dos cursos. Del optar por el doctorado hasta el poder ser Ayudante pasaban dos años. Por otro lado, a los dos años uno tampoco tenía demasiados opciones de llegar a Ayudante, puesto que tenía que competir con todos aquellos que habían disfrutado de beca y, no llegando a Ayudantes Doctores, optaban por la plaza de Ayudantes. Los Ayudantes, por lo general, son ex-becarios, que han estado durante años reuniendo méritos para alcanzar el primer contrato. Para darse cuenta de lo complicado que lo tenía un recién incorporado para llegar a Ayudante, sólo hay que revisar los baremos de las convocatorias de los últimos años: puntos por docencia, puntos por estancias en el extranjero, por vinculación a grupos de investigación, por publicaciones y congresos... Hasta el punto de que, por ejemplo, en Andalucía el haber disfrutado de una beca era mérito preferente, en el sentido de que cualquier becario, por el hecho de haberlo sido, ya estaba automáticamente por encima de cualquiera que no hubiera tenido beca.
Incluso para el diseño de la propia carrera, tenía poco sentido el lanzarse a por una Ayudantía, en el caso de poder conseguir una beca. Lo que marca quedarse en la universidad son los méritos investigadores. Un Ayudante tenía que hacer más horas de clase, así que menos tiempo para investigar. Igual a menos publicaciones. Igual, si se despistaba, a la calle. Además, como becario siempre tenías la opción de poder llegar a ser Ayudante, dándote tiempo a acabar la tesis y acreditarte para el siguiente puesto. Como Ayudante, desde el primer momento, tenías menos años y menos alternativas para seguir en la universidad.
En conclusión:
- no sé qué alumnos de (relativamente) pobre expediente han llegado a Ayudantes, con la de bofetadas que había para conseguir esa plaza;
- no sé de dónde sale que esa plaza era un chollo, cuando era algo a lo que no podías optar hasta después de años y no te ayuda a mejorar el currículum al mismo ritmo que podrías hacerlo como becario.
La propuesta que hace ahora el Gobierno a las universidades y a las comunidades la resume Quintanilla en esta frase: "Si ustedes hacen la contratación siguiendo estos criterios de calidad, nosotros les damos recursos a cambio".
¿No ven clara esta postura? Piensen en esto: ¿qué nos garantiza que quienes han destacado durante sus estudios van a ser buenos profesores o buenos investigadores? ¿Cómo creen que sería mejor la selección, mediante un baremo fijo que prime el expediente o valorando candidato a candidato en su conjunto sabiendo que si uno escoge mal el Departamento entero se resentirá?
Totalmente de acuerdo con Topo. Flipo al ver que la presidenta de Precarios (federación a la que he pertenecido desde que se fundó) coincide con la delirante visión del Secretario de Estado de Universidades, Miguel Ángel Quintanilla, sobre becarios-brillantes y ayudantes-torpes, y sobre plazas de ayudantes con las que se quedan los menos aptos, "porque no necesitan competir". ¿Nadie ha pedido cuentas a Quintanilla por arrojar, sin dato alguno que le respaldara, una sombra de sospecha generalizada sobre los ayudantes de la Universidad española en su conjunto?
ResponderEliminarIgnoro en qué área de conocimiento estarían pensando Quintanilla y Portela al hacer sus declaraciones, pero puedo hablar de lo que ocurre en la mía, o por ser más exactos en mi Facultad donde, como demuestran las últimas ayudantías concedidas, no tienes nada que hacer si no eres doctor ni tienes, además, estancias de investigación en el extranjero y un volumen considerable de publicaciones y experiencia docente. Y os puedo asegurar que la competencia es feroz.
Pues, en cambio, mi experiencia coincide plenamente con Raquel. Hay un factor a tener en cuenta, un recién licenciado no sabe que leñe es un ayudante o un becario FPU, y una beca estatal siempre suena mejor que algo concedido a dedo como una ayudantía.
ResponderEliminarEn mi departamento las ayudantías cubren el 5º año de tesis, que necesita casi todo el mundo (pq los jefes lo quieren), y no se utilizan para más plazas.
De todas formas, la solución a lo que pasa en tu facultad, rem, es sencilla, si eres doctor no se puede optar a ser ayudante no doctor.
Pero en muchos departamentos, los ayudantes no doctores y los ayudantes doctores son menos brillantes que los pre- y postdoc (con ayudas de fuera de la universidad), pero serán los que acabarán quedándose pq el sistema les beneficie.
Y la duda no está sobre los ayudantes, sino sobre la política científica general del país.
Fíjate lo que me escriben Topo, en algunos sitios no va a andar tan desencaminado Quintanilla:
ResponderEliminar"Por otro lado parece ser que en unos meses va a salir una plaza de ayudante no doctor y me han preguntado si voy a firmarla... en la UXX se cobra menos de ayudante que de becario (14000 frente a 16000 brutos en el periodo de contrato de la FPU) pero serían 4 o 5 años de contrato... con mi expediente y la publicación (si la aceptan) creo que tengo posibilidades pero una de mis compañeras que ahora se queda sin beca va a presentarse... buf! la verdad es que estoy hecho un lío!! Ya me dirás..."
A veces las estrategias departamentales sí que parecen influir en la concesión.
Anso, también me gustaría romper una pica por los ayudantes con alta carga docente. Hasta ahora que se ha equiparado la docencia, un ayudante podía estar fácilmente tres meses (me ha pasado) enredado en docencia, así no hay manera de ser competitivo ( a nivel investigador) con un predoc sin docencia....
En definitiva...hay que buscar igualdad de condiciones para poder competir entre todos...abrazo
Sí, hay que igualar, pero la uni no piensa igual... así q todos a ser PIF y punto... es lo que hay.
ResponderEliminar